En cuanto regresé a la ciudad con Sofía me sentí más segura. Ahora que sé quién es Sofía y que me ayudará todo parece más claro. Fui a mi departamento, necesitaba darme una ducha y regresar a la empresa, hoy tenía algunas reuniones importantes.

Cuando entré a mi apartamento me encontré cara a cara con mis queridos padres.

—¿Qué crees que estás haciendo, Alexandre? — preguntó mi madre.

Sin siquiera dejarme abrir la boca, mi padre empezó a hablar.

- ¿Tú estás loco? El orden es ahora tu prioridad o estamos todos perdidos.

Me sorprendió su reacción. No esperaba que estuvieran tan preocupados.

“Sé que están preocupados”, les dije. —Pero no estoy haciendo nada malo. Sólo estoy tratando de hacer lo correcto.

— Lo correcto es seguir la orden — dijo mi padre. — Ya sabes lo que nos pueden hacer si no obedeces.

"Lo sé", respondí. —Pero no puedo simplemente ignorar lo que creo.

- ¿Creer en qué? — preguntó mi madre. — ¿Crees que podrás luchar contra ellos?

"No, no puedo luchar contra ellos solo",