Yvonne se mordió el labio y asintió de mala gana.

Henry aún no había firmado los papeles del divorcio, por lo que todavía estaban casados ​​oficialmente.

Por mucho que quisiera negarlo, Henry seguía siendo legalmente su esposo.

Henry estaba eufórico y sonrió cuando vio que Yvonne no lo había engañado.

Sue estaba tan feliz de ver a Yvonne que gritó: "¡Señora!".

“Entonces ustedes dos todavía están casados”, dijo el jefe. Examinó a Henry de la cabeza a los pies.

Henry le tendió la mano al jefe. "Buen día, Jefe Frey, mi nombre es Henry Lancaster".

“Encantado de conocerte, Henry”. El jefe se acercó y le estrechó la mano. "Había oído que Yvonne estaba casada, pero no pensé que fuera un buen caballero como tú".

"Es usted demasiado amable, jefe". Henry apartó la mano con expresión seria.

El jefe se rio entre dientes. "Henry, no te estoy halagando. Simplemente estoy exponiendo los hechos. Los Lancaster son bastante ricos, ¿verdad?”.

"Solo tenemos algunos activos pequeños", respondió