Dante
Mi mirada se dirige hasta el reloj que cuelga de una de las paredes de mi oficina, y sonrío al darme cuenta de que es la hora en la que siempre la encuentro... Puedo parecer un acosador, pero en mi defensa esa niña, me intriga, y eso me tiene desconcertado, ya que después de lo que pasó hace años no me he fijado en nada que no tenga que ver con mis hermanos y el trabajo. Pero todo eso cambio, aquella mañana cuando iba pasando por ese café y Vi esa cabellera rubia, quede hipnotizado sin siquiera verla a los ojos, era la criatura más hermosa que había visto en mi vida, pero algo me impedía acercarme... Si soy un maldito cobarde, pero no puedo llegar diciendo "Hola, ¿Cómo estás? Soy el chico que te acosa hace más de un mes, y quería saber si quieres salir conmigo", eso sería algo muy descabellado por lo que por el momento me conformo con observarla desde la distancia, y quizás, solo quizás hoy tenga el valor de acercarme.
Andrea Sintiéndome culpable por todo lo que comí hace cinco minutos atrás, corro hasta el baño y me provocó el vómito como lo vengo haciendo hace años, odio no poder controlarme a la hora de comer, soy una maldita gorda que es la vergüenza de esta familia por eso nadie me quiere... Mis dedos entran en contacto con mi garganta para ayudarme a expulsar lo que he ingerido, y así sucede, las arcadas se hacen presentes y comienzo a devolver como es habitual en mí. Una vez, me aseguro de que es suficiente me levanto para comenzar mi camino hacia el lavado en dónde me enjuago la boca, mi mirada se dirige al espejo que me muestra el asco de persona que soy, cada día me odio más y más... Sé que la doctora que me atendió hace dos años, cuando cumplí los 15 años, me dijo que necesitaba la ayuda de un nutricionista y la de un psicólogo, porque estoy enferma... ¿Pero para que quiero un psicólogo si no estoy loca
DanteEl día de la fiesta. Sonrío mientras observo la invitación entre mis manos, volveré a ver a la pequeña Andrea. Creo que no debí acercarme porque desde que lo hice no ha vuelto a la cafetería, y de eso ya hace dos semanas. Los golpes en la puerta me traen de vuelta a la realidad, guardo la tarjeta en uno de los cajones para decirle que pase.-Buenos días, ¿Cómo está mi hermano preferido?-pregunta Pia apenas entra a mi oficina.-¿Qué quieres?-pregunto queriendo que vaya al grano, no es normal que tú hermana que está enojada contigo venga con su carita de ángel y me hable amigablemente.-¡Que amargado, solo quería visitarte!-exclama con indignación al tiempo que se
Andrea Muevo mis pies inquietos, no sé en qué estaba pensando cuando escape de la casa y peor aun cuando le pedí a Dante que me sacara de allí. Ahora nos encontramos en su auto en completo silencio, no sé a dónde me lleva, pero he decidido confiar en él.-¿Quieres contarme lo que pasó?-pregunta de repente captando mi atención, e instantemente llevo mi vista hacia él, y puedo decir que se ve más guapo de cerca, me quedo congelada observando su rostro, y antes de que pueda decir algo él dirige su mirada hacia mí, logrando que mis mejillas se tiñan de carmín e inmediatamente bajo mi mirada apenada.-Yo... Solo quería salir porque no me gustan ese tipo de evento.-miento mientras me clavo las uñas en mis piernas. Después, de que mi madre me haya amenazado con hacerle daño a Dante o a cualquiera que interfiera en sus planes, me enoje porque siempre se mete en mi vida y la dejé co
AndreaMe siento una intrusa en esta casa, sé que no lo molesto, pero he venido a invadir su privacidad. Después de que me recogiera manejo por unos veinte minutos hasta que llegamos a su casa, me muero de la vergüenza por el papelón que hice, ahora que lo pienso mejor no creo que haya sido una buena idea. Ahora mismo, me encuentro en su dormitorio esperando a que traiga unas cosas para curarme, cosa que me altera.-Limpiare tus heridas.-dice cuando vuelve a la habitación, ¿Por qué se sintió como si lo dijese con doble intención?-He llamado a un médico de la familia, no pienso quedarme con la incertidumbre de que tienes algo grave.-explica y no digo nada, no puedo negarme después de que me ha ayudado.-Gracias.-es lo único que puedo decir.-Es un placer, stellina.-dice al tiempo que se acerca a mí, y comienza a limpiar la sangre de mi frente, al parecer no es nada grave, pero de igual manera d
Dante Mi hermano me mira como si hubiese perdido la cabeza, y no está lejos de la verdad, pero en mi defensa esa rubia me trae loco, desde que la vi en la cafetería supe que marcaría un antes y un después en mi vida, y vaya que no me equivoque. El Dante desconfiado no deja que nadie entre a su casa y tenga trato con mis hermanos, pero con ella es diferente, su aura me da confianza y seguridad. Es un alma pura en este cruel mundo, un ángel, mi ángel.-¿Me dirás qué significa esto?-pregunta Donato regresándome a la realidad, ¿Acaso le debo una explicación? Pues no, no tengo que darle cuentas a nadie de lo que hago con mi vida.-Nada que te incumba, es una amiga, tuvo un problema y le ofrecí quedarse, ¿Algún problema con eso?-pregunto con serenidad, si algo aprendí durante estos años es a controlarme, y como no hacerlo, y por mi culpa todo se acabó.-¿Desde cuándo acá traes a desconocidos
AndreaMi pulso se ha acelerado ante la pregunta de mi cuñada, todos me observan esperando una respuesta de mi parte, pero no se que responder.-Isa, ha preguntado algo, hermanita, ¿Qué te sucedio en la frente?-pregunta atento.-Yo... he chocado con la pared y me he lastimado.-digo ante la mirada amenazante de Elliot. Había escondido la herida con mi cabello para evitar dar explicaciones, pero al parecer se me ha corrido el cabello de la cara dejándome en evidencia.-¿Segura?-pregunta mi cuñada con desconfianza.-Segura.-afirmo tragando grueso.-¿Por qué mejor no nos sentamos a almorzar?-pregunta nuestra madre dándome una mirada de te la cobraré más tarde.-Claro, madre.-responde Aless al tiempo que mueve la silla para que me siente y seguido hacerlo él.-¿Has estado comiendo bien, Andrea?-pregunta mirándome pensativo a lo que asiento rápidamente. Recuerdo cómo me deje en evidencia con Dante, le he confes
Andrea-Les presento a una de las mejores nutricionistas que tenemos en el país.-nos dice el doctor que me atendió hace unos días.-Buenas tardes.-susurro agachando mi cabeza avergonzada por las miradas de los médicos.- Buenas tardes, Dante Ferrara.-se presenta apretando el agarre de nuestras manos, y es que desde que hemos entrado al consultorio no me ha soltado la mano y se lo agradezco.-Mucho gusto a ambos. El doctor Marques, me ha comentado la situación de la señorita, y también he visto los estudios que te hicieron hace unos días, bueno efectivamente estamos hablando de una bulimia nerviosa, y por los antecedentes en tu cuerpo puedo asegurar que esto viene de años.-explica provocando que me tense, y es que no es fácil asimilar lo que me está diciendo, tengo una mezcla de vergüenza y miedo.- ¿Alguna vez has terminado en el hospital por esto?-me pregunta la nutricionista.-Yo..
Andrea Me remuevo incómoda en la silla, es verdad que me gusta estudiar, pero no en este ambiente, teniendo a personas que me agreden a menos de un metro de distancia, hasta el momento mi único consuelo son Pia y Donato, que no me han dejado sola después del incidente de la semana pasada. Y también, ayuda el hecho de que Donato va en la misma clase que yo, sigue siendo frío y distante, pero se que está al pendiente... Y aunque lo hace por Dante, es un buen gesto. Mi vida va tomando otro rumbo gracias a mi salvador, las tardes las paso con él, cada día nos conocemos mejor. Ahora se que es el tutor de sus hermanos, y que sus padres fallecieron hace unos años, al ver que le dolía hablar de eso le dije que estaba bien, ambos nos hemos vuelto más unido, por lo que me he ido soltando más, ambos lo hemos hecho. Pasar tiempo con él, con sus hermanos, me gusta y me ayuda a distraerme de mi realidad. Las terapias son tres veces p