Capítulo 812
La pequeña Lunia no lograba comprender las complejas emociones de los adultos, sus ojos reflejaban incredulidad mientras en el corazón de Diego las emociones se agitaban intensamente.

—Mi niña, ¿has sufrido mucho todos estos años?

Sufrir...

Lunia no sabía qué significaba esa palabra, ella solo sabía que era feliz cuando estaba con su hermano y su papá.

—Por cierto, ¿tienes hambre? —Diego hizo que trajeran comida deliciosa y bebida.

Después de todo, era una niña, y sus ojos se iluminaron al ver la mesa llena de comida.

Pero justo cuando iba a empezar a comer, su mirada se oscureció de repente y dijo: —Hermano...

Diego acarició la cabeza de la niña y le dijo: —No te preocupes, ya mandé a buscar a tu hermano, pronto podrás reunirte con él. Come, él también estará aquí.

Se notaba que la niña tenía mucha hambre, pero no comía rápidamente, llevaba la elegancia en su esencia.

Aunque su apariencia se parecía mucho a la suya, su comportamiento heredó la elegancia de su madre.

Cuanto más miraba
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