Ya perdí la cuenta de cuantas veces me han preguntado si me siento bien, creo que cada miembro de la familia de Bautista lo ha hecho. Entiendo perfectamente que estoy algo pálida y eso, pero ¿tanto se me nota? afortunadamente ya no queda nada para la cena y todas sus preguntas se terminaran pronto. Me termino de colocar este conjunto de dos piezas color negro que he escogido para Nochebuena y mientras lo hago observo como mi prometido se coloca el moño del esmoquin; es una fiesta elegante la que ha decidido hacer mi futura suegra y nos teníamos que vestir como tal.
—Cariño, pero luces deslumbrante. He de decirte que apruebo esa apertura en la falda.— Me dice sonriente y de una manera bastante sensual.
Una vez que ajusto mi sandalias me paro enfrente de él y lo observo detenidamente —Gracias guapo, tú también te ves increíble y bueno... debo aprovechar mis últimas semanas con
[BAUTISTA]La observo reírse mientras habla por el móvil y es más que evidente que habla con su madre. Se ve tan preciosa, toda ella desprende una luz que es especial, supongo que es la luz de la vida lo que desprende y me ciega de esta manera tan especial. Toda ella es un imán para mí, su cuerpo, su sonrisa, su manera de ser, sus inseguridades, su manera de quererme, como camina... en pocas palabras estoy completamente enamorado de ella y hecho el mayor de los idiotas a causa de este amor.Su risa me contagia y eso quiere decir que su madre está feliz con la noticia de que será abuela. —Hijo, aun no puedo creer que me harás abuela por dos.— Me sorprende mi madre y luego vuelve a abrazarme. —Estoy tan feliz por ti.——Gracias madre... estoy algo nervioso y asustado, pero no le digas nada a Abril— Le confieso entre risas.—No es para menos hijo, dos de un
[BAUTISTA]Amanecer abrazado a ella es mi mejor regalo de navidad. Tener mis manos sobre su ser y saber que dos pequeñas vidas que llevan mi sangre están creciendo dentro suyo es lo mejor que me ha pasado. La amo de tantas maneras diferentes; no ha existido, ni existirá una mujer que me complemente tanto como ella. Solo puedo mirarla y admirar cada detalle en ella, su espalda completamente al descubierto me invita a acariciarla. Instintivamente mi dedo índice recorre la línea de su columna desde el cuello hasta su cintura, es absolutamente perfecta y ni esa cicatriz que le ha quedado es capaz de empañar la perfección de su piel.Ella se voltea para verme y de una manera instintiva le sonrió; es lo único que puedo hacer a su lado. —Buenos días guapo— Me dice y pega su cuerpo al mío enredando una de sus piernas en mi.—Buenos días preciosa, ¿C
[ABRIL]—Buenos días— Nos dice Teresa al vernos entrar a la cocina. —¿Cómo han pasado la noche?— Nos pregunta y siento que mis mejillas se incendian.—Buenos días, bien... gracias— Me limito a responder a pesar de que Bautista ha disfrutado uno de sus regalos de navidad anoche.—Buenos días, madre, hemos pasado muy buena noche, ¿y tú?— Le pregunta después de saludarla con un fuerte abrazo.—Muy bien hijo, casi no he podido dormir de pensar que seré abuela de gemelos.— Le explica con una enorme sonrisa.—Bueno, tú querías un nieto nuestro... entonces te daremos dos.— Le responde entre risas y se acerca a mí para abrazarme.—Lo sé... tú siempre haciendo las cosas a tu manera.— Dice riéndose y luego va en busca de unos vasos.—S
—Señorita, por favor déjenos trabajar— Me pide el paramédico mientras atienden a Bautista en la ambulancia.—¡Por favor... sálvenlo!— Le grito desesperada. 《No puedo verlo así, esta inconsciente y sangrando.》—Déjenos trabajar.— Me repiten.Me aparto de al lado de Bautista sin poder dejar de llorar y solo observo cómo le colocan suero y una máscara de oxigeno, 《¿tan mal esta?》 La angustia me está matando, no le puede pasar nada... lo necesito a mi lado, yo no puedo seguir adelante sin él, es mi vida.—Señorita, ¿se siente usted bien?— Me pregunta uno de los paramédicos —Está muy pálida.——Estoy bien... solo ayúdelo a él.— Le respondo con desesperación.—Usted no está bien.— Dice mirándome fijamente.&m
—Por favor Doctor, necesitamos saber cómo esta Bautista— Vuelvo a insistirle al ver que tarda en hablar. Estoy tan preocupada que siento que cada segundo que él pasa sin hablar es una eternidad; necesito saber que Bautista está bien, no puedo seguir adelante si él no lo está.—El paciente se encuentra estable. Milagrosamente no ha sufrido ninguna fractura, pero tiene una conmoción cerebral a causa del impacto recibido y por tal motivo aun está inconsciente. Lo que si estamos haciendo es curar las diferente heridas y raspones que tiene; han sido varios.— Nos explica.—¿Y la sangre que vi?— Le pregunto preocupada.—El paciente ha sufrido un corte bastante profundo tanto en su pierna, como brazo derecho a causa de la caída y el contacto con el vehículo.— Aclara.—¿Y cuándo despertara mi hijo?— Le pregunta Teresa.
Llevo algunas cuantas horas a su lado en es esta habitación, y aun no despierta. Solo puedo sostener su mano, mirar cada una de sus heridas, y sentir esta gran necesidad de besarlas una a una para intentar curárselas. Verlo así me duele, me angustia; quiero a mi Bautista de regreso, quiero que abra sus ojos azules y me mire como lo hace siempre. La familia de Bautista y mi padre se han cansado de insistir que vaya a la casa y descanse, pero no conseguirán que me aleje de él sin importar lo que me digan. Él me necesita y estaré a su lado siempre. La puerta de la habitación se abre y es mi padre quien entra. —Hija, ha llegado la policía para tomar tu declaración.— Me explica.—Diles que entren.— Le pido y vuelvo a mirar al hombre que amo.—Vale...—Unos minutos después los oficiales entran a la habitación y me piden que relate c
—Finalmente en casa— Comenta feliz al entrar. Realmente es muy exagerado, ha estado apenas dos días fuera. Cuando está trabajando en una película, pasa más tiempo fuera de la casa y no se queja... 《hombres》—Héroe mío, eres muy exagerado, han sido solo dos días.— Le digo mientras le ayudo a quitar su abrigo bajo la atenta mirada de su familia.—Se supone que debíamos regresar a Madrid ayer... tú tenias que regresar a trabajar.—Se queja.No quería decirle esto apenas llegamos a la casa, pero la mirada de todos me obliga a decirle lo que he hecho. —Amor, no te preocupes por eso. He renunciado a mi trabajo ayer.— Le explico finalmente.—¡¿Qué?! ¿Por qué has hecho eso? No me mal interpretes, sabes que era el primero en decirte que lo hicieras, pero no comprendo porque así tan repentinamente.
[BAUTISTA]Ya me estoy empezando a poner nervioso, ha anochecido y ella aun no aparece. Mi familia no quiere que me mueva de aquí, no solo por mi salud sino porque dicen que ella necesita su espacio.Claramente no me he comportado bien, le grite y es más que entendible que se enfade conmigo, pero ¿Cómo le explico que solo quiero cuidarla? ¿Qué no quiero que nada le suceda ni a ella ni a nuestros hijos? ¿Dónde estará?Me pongo de pie para salir de la habitación e ir a buscarla, pero la puerta se abre y allí esta ella. Sus ojos están enrojecidos y es evidente que ha estado llorando; detesto la sensación de saber que fui yo quien la haya hecho llorar. —Abril, amor... estaba preocupado por ti, te iba a ir a buscar.— Le digo y la abrazo fuertemente. —Por favor perdóname.— Le suplico sin soltarla.—Perdóname tú