Doble cara

Amelia

Terminé de llevar unos documentos al área de contabilidad y vi a Jacob recogiendo sus cosas y empacando en una caja pequeña de cartón.

—Hola —le dije, él me observó y me dio una sonrisa llena de compasión.

—Ni tienes idea cuanto gusto me da verte, y darme cuenta que estás bien. —Toca mi mano con solo su tacto puedo deducir muchas cosas.

Una de las cosas que puedo deducir fácilmente con su tacto o con simplemente tenerlo enfrente de mí, es que por él solo siento cariño, el amor que sentía se convirtió en un aprecio, algo intangible, pero no tan fuerte como el amor.

—No podía dormir sin saber que tú ibas a estar bien ¿A dónde te fuiste? ¿Cómo está nuestro hijo? —Él detiene lo que está haciendo y me presta total atención a mí.

—Fuímos a un lugar adecuado en el que podemos estar, y Cristopher está demasiado bien. Te pido que no te preocupes por nosotros, te garantizo que vamos a estar bien.

—Eso es lo único que quiero, porque no hay nada en este mundo que desee tanto como el
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