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6. No es Conveniente

[DHARA]

Otra noche más de soledad en una fría habitación de hotel que se convierte en mi hogar, o al menos eso pretende… termino de colocarme mi camisón de seda color negro y busco en mi maleta aquella fotografía que es mi remordimiento constante en esta vida. La tomo entre mis manos y el dolor vuelve a consumirme —Perdóname… ya no sé que hacer para que este dolor me deje, tal vez nunca lo haga… quizás lo que hice contigo fue mi más grande error— Murmuro mientras acaricio la imagen, pero hoy es otra de esas noches donde el pasado vuelve a atormentarme.

Cierro mis ojos por un instante mientras que siento como las lagrimas ruedan por mis mejillas y me dejo caer sentada al suelo mientras que los recuerdos vuelven a mi mente “Sabes bien lo que debes hacer si no quieres que te demanden por incumplimiento de contrato” Las palabras de ese hombre aun son mi pesadilla.

“No puedo abortar Miguel, además, es tú hijo… ¿Cómo me puedes pedir algo así?” Fueron las palabras que le dije y las que debí mantener firme.

Su mirada color miel en mi aún no se borra “Pero antes de eso soy tu representante. No debiste quedar embarazada, eso fue un error” Sentencio sin titubeos.

“¿De verdad me estás pidiendo que mate a nuestro hijo?” Cuestione llena de tristeza.

 Su mirada se clavo en mi “Dhara, no te lo repetiré, aborta ya mismo o yo me encargare de ese problema” Exigió y los pasillos de aquella clínica se volvieron mi película de terror.

“¿Qué vas a hacer? ¿Me matarás a mi también?” Replique y en el momento que él hizo una señal con su mano y dos hombres entraron para inyectarme algo, supe que nada volvería a ser lo mismo.

Hace cuatro años que no soy la misma, el mismo tiempo que ha pasado desde que me desperté en aquella clínica clandestina y supe lo que me hicieron… Tal y como cada año cuando se acerca esta fecha, me convierto en un mar de lagrimas. Aquel 10 de junio no solo me quitaron a mi bebé de adentro mío, sino que comenzó toda mi pesadilla, esa que más de una vez me dejo sin ganas de vivir, pero soy tan cobarde que ni siquiera mi intento de suicidio funciono…

Lanzo la foto de la ecografía a un lado y busco mis antidepresivos para tomármelos, pero es tanto lo mal que me encuentro, que no me importa tomarlos con un vaso de whiskey. Nuevamente tengo ganas de morirme… de ir y buscarlo para matarlo con mis propias manos, de decirle que por su culpa yo no he vuelto a ser la misma… Es tal mi rabia que agarro las cosas de mi maleta y comienzo a lanzarlas por todas partes mientras que grito tratando de liberar todo este dolor que siento.

—¡Maldita la hora que te conocí!— Grito y sigo tirando las cosas hasta que todo se vuelve negro a mi alrededor y pierdo el sentido.

[…]

Abro mis ojos lentamente y no sé ni siquiera donde estoy —Por fin despiertas— Escucho una voz y de a poco me doy cuenta de que estoy en la cama de mi habitación de hotel y es Xan quien me ha hablado desde el sillón que hay aquí.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado? — Pregunto confundida.

—Digamos que los vecinos se quejaron de gritos y ruidos extraños, entonces el gerente del hotel vino a hablarme y como la reserva esta a mi nombre, me dio una copia de la llave. Pensé en llevarte al hospital, pero cuando vi el vaso de whiskey y estas pastillas me di cuenta de lo que paso— Resume y no quiero que me de un discurso ahora.

—Ya estoy bien, ahora puedes irte— Digo seriamente.

Él niega y se levanta del sillón —No me iré, tú y yo vamos a hablar ¿Qué es esto? ¿Por qué tomas medicamento para la depresión? ¿Qué es esta ecografía? ¿Estás embarazada? — Me pregunta tal y como si fuera un detective y tan solo lo miro seria.

—No te tengo que responder, no te equivoques…— Hablo firme y él se sienta a mi lado en la cama.

—Dhara, es mejor que me lo cuentes— Insiste.

—No te voy a contar nada, es mi vida privada… a ti y a la agencia lo único que les importa es que yo cumpla los contratos y les produzca dinero ¿no? — Inquiero.

—No saques conclusiones que no debes, créeme que es mejor que hables— Me dice.

—¿Por qué debería contarte de mi vida? — Cuestiono a modo de reto.

—Porque soy quien esta detrás de tu carrera y si hay algo que pueda afectar, debo saberlo ya—

—Vete a la m****a Xan, déjame sola, necesito descansar— Sentencio y simplemente me acuesto en la cama para abrazar la almohada.

—Tú y yo hablaremos…— Lo escucho decir y sale de la habitación bajo el sonido de sus quejas.

Hablar con alguien de mi pasado ya es muy difícil, pero hacerlo con alguien que no conozco, es aún peor y simplemente no me atrevo… sé muy bien cuales pueden ser las consecuencias de hacerlo y no pienso pagarlas, al menos no ahora. Él debería darse cuenta de que no le conviene meterse con mi pasado, no si quiere mantenerse a salvo y lejos de toda esa m****a que arruino mi vida entera.

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