Una vez terminada la visita, Daniel abrazo el cuerpo tembloroso de su mujer. Ella sintió que su sufrimiento y sueño de años por fin llego a su final. Su anhelo por una persona que nunca la quiso en su vida, que se deshizo de ella en cuanto vino a este mundo, la daño profundamente y sin poder aparentar más su fortaleza se dejo llevar y derramo todo sus sufrimiento en forma de llanto y lágrimas.

-“Incluso cuando lloras eres hermosa” le dijo tiernamente Daniel. “Pero no quiero que llores y menos por una persona que no se merece tus lagrimas de ninguna de las maneras. Las únicas lagrimas que quiero que salgan de tus ojos deben ser únicamente de felicidad y tampoco en esos momentos las quiero ver” la regaño con cariño mientras acariciaba su espalda tratando de calmarla. “Esto lo superaras, amor. Tienes que dejar que el tiempo y sane tu corazón. Nuestros hijos te ayudaran a el