Más tarde en el hospital, siendo osada la recepcionista del hospital le hizo una llamada a la supuesta Lilia, al número que tenia registrado en el teléfono de su puesto, las ganas que tenía de contar el chisme eran enormes haciéndola desear que llegara el momento de relajación de la tarde. La chica no pudo esperar un día más a que la supuesta Lilia hiciera la llamada.

En el cuarto donde Amanda se encontraba, se encontró extraño recibir una llamada a ese teléfono, ya que nadie conocía su nuevo número. “¡Hola!” respondió cautelosa, incluso cambiando un poco la voz.

-“¡Hola, señora Lilia!” saludo la chica, ahora algo tímida. “Perdón si la interrumpo a esta hora de la noche” se disculpo de ante mano.  

-“¡Hola, Mei ling ¿Verdad?!” saludo tratando de confirmar.