Llegaron al hotel donde se hospedaba Leona, Sever la llevo hasta su habitación. Abrió la puerta y ayudo a la mujer a llegar a la cama. Amablemente se agacho y quito sus zapatos, ella miraba deleitada sus acciones. “Espero que descanse señora” se despidió cortésmente.

“Por favor somos amigos, ya no seré la señora Hou, así que no me llames de esa manera”.

 Él asintió, se dio la vuelta para irse pero Leona sujeto su muñeca. Sin comprender por qué lo retenía, la miró fijamente encontrándose con sus ojos.

Desde hace tiempo sabía que él tenía sentimientos por ella, por como la trataba y por como brillan sus ojos al verla, por lo que tomo la decisión de lanzarse al ruedo y tomar la iniciativa para que ocurriera algo entre ellos esa noche. Se levanto de la cama acercándose a él despacio aún