La cara que le quedo a Brus era todo un poema “¿Qué diablos le pasa a esta mujer? Ya ni siquiera se comporta como una buena esposa”. Sin entender el comportamiento extraño que tubo Leona en ese momento se levanto de la cama y a continuación entro en el baño. Al salir del cuarto de baño se maldijo una y mil veces cuando vio el sujetador en el suelo delante de la cama. Ahora entendía la cara de pocos amigos de su mujer. “¡Cómo diablos se olvido Yeni esa maldita prenda!” Exclamo en voz alta enfadado, necesitaba encontrar la manera de explicar sin verse culpable, aunque sabía que esta vez no sería fácil que le creyera.

Mientras tanto Leona fue fuerte estaba decidida a terminar su relación con Brus, no quería permitirle un engaño más, pero no sin antes saber con quién la engañaba y hacerlo pagar sus infidelidades, porque está n