Charlotte tecleó el código de acceso. El candado codificado se abrió de inmediato.

Encontró una gran pila de contratos adentro, un iPad encima de todo y una hoja de papel encima del iPad.

Charlotte reconoció la letra elegante y suave del papel: era de Bryson.

Lucas, que estaba parado a la derecha de Charlotte, observó cómo Charlotte recogía el papel. No pudo evitar leer la nota en voz alta. “Carlie, grabé un vídeo y lo almacené en este iPad. Míralo y lo entenderás”.

Los dedos de Charlotte temblaron.

Ella sacó con cuidado el iPad de la caja. El iPad no estaba protegido con contraseña.

Bryson lo había preparado todo por adelantado. El vídeo se reprodujo tan pronto como desbloqueó el iPad.

“Carlie, eres una chica brillante y deslumbrante, como el sol. Esperaba que pudiéramos hablar de cosas felices cada vez que te viera. Nunca quise decir nada hiriente que pudiera estropear tu estado de ánimo otra vez. Sin embargo, hay algunas cosas que no se pueden evitar. Por ejemplo, para cuando