[LIAM]

El hecho de saber que Ismael no saldrá de la cárcel por un buen tiempo ha hecho que me tranquilice bastante, aunque con solo pensar que el daño a ella y a mi hijo podría haber sido peor, hace que me hierva la sangre y quiera ir a golpearlo hasta que ese imbécil pierda la consciencia.

—¿En que piensas amor?— Su voz es inconfundible. Para mi sorpresa me abraza desde atrás y sus manos se posan en mi abdomen a la vez que planta cortos besos en mi cuello.

— En nada cariño... ya te extrañaba ¿como has hecho para bajar sin mi ayuda?— Le pregunto cuando me suelta y me doy la vuelta para poder verla. Luce preciosa con un vestido corto color azul marino. Para mi sorpresa por fin ha aceptado usar las muletas; cosa que ha costado porque en los últimos tres días no había forma de que caminara con ellas.

— Mi cuñada me ha ayudado.&mdash