CAPÍTULO 17: SALVAJENikolaiAdmito que no me esperaba esta reacción de su parte. Gaia me amenaza con un pedazo de cerámica en el cuello, segura de que con eso podrá acabar con mi vida. Tengo que darle un punto por ello, porque ese nivel de osadía para enfrentarme no se lo había visto nunca a nadie.Levanto las manos para hacerle creer que me tiene dominado, doy un paso hacia atrás y espero que ella avance junto a mí todavía con el arma improvisada en las manos. Sus ojos se desvían por un breve segundo hacia la puerta que dejé entreabierta, pero solo esa fracción de segundo basta para que yo cambie las reglas del juego por completo.Tomo su mano que sostiene el pedazo de cerámica y la giro detrás de su espalda, sujetándola firmemente por el cuello, pegando su espalda a la mía y evitando que se mueva. Ahora es ella quien siente el arma rozando su piel.—Muy astuta, pequeña lubina, pero este pedazo de cerámica no me hará más que cosquillas —susurro en su oído.Gaia intenta liberarse, p
CAPÍTULO 18: ESCAPAR DEL INFIERNOGaiaEstá loco. Nikolai está completamente loco. La noche anterior no sé qué fue lo que sucedió conmigo, en un momento estaba amenazándolo de muerte, y al otro, el roce de sus dedos en mi cuello, su aliento en mi oreja… mi mente se nubló y es como si algo más dentro de mí hubiera tomado el control. En ese momento quería permitir que me poseyera, a pesar de mi desprecio hacia él no pude evitar sentirme así; y lo odio, odio con todo mi ser sentirme tan vulnerable ante este hombre que no ha hecho más que tratarme como poco menos que un animal.Pero lo que me hace pensar que está mal de la cabeza no es eso, sino su reacción tan repentina y extraña. Parecía hablar con alguien más, aunque era evidente que no había nadie en la habitación además de mí. Sé que esas respuestas no eran conmigo y su repentino enojo de la nada me deja claro que es más inestable de lo que pensé. Ahora con más prisa que nunca debo salir de aquí. Karine siempre llega puntual en la
CAPÍTULO 19: TALAGaiaNunca he sentido tanto miedo en mi vida. Esos ojos amarillos se fijan en mí y sé que si no logro huir de aquí, mi vida habrá terminado más pronto de lo que pensé. Me pongo de pie, aunque mi cuerpo actúa casi en automático, y salgo corriendo en dirección opuesta, sin embargo, el rugido que escucho detrás de mí aviva mi terror. No sé qué es lo que ocurre, pero algo me dice que esos guardias no son normales.De pronto el rugido se transforma en varios, escucho las fuertes pisadas detrás de mí. No puedo ver por donde voy, me golpeo varias partes del cuerpo contra las ramas que sobresalen de los árboles, algunas de ellas acaban por cortar mi piel, pero el ardor que me produce es insignificante ante el miedo que me embarga en este momento. Cometo el error de voltear y entonces alcanzo a ver enormes sombras oscuras pisándome los talones. El frío me corta la respiración y mis pulmones arden al quedarse sin aire mientras no paro de correr. Mi descuido me hace tropezar
CAPÍTULO 20: UN MOMENTO DE DEBILIDADNikolaiTomo a Gaia entre mis brazos mientras la llevo de vuelta a la torre norte del castillo. Todavía no puedo creer que haya escapado hasta este punto, y de no ser por mis lobos, probablemente habría estado en el reino de Sunwood para el amanecer. Supongo que ese era el lugar al que intentaba llegar.Está muy malherida, aunque su poder de loba ya ha comenzado a sanarla por sí sola. Nunca me había sentido así. Maheegan estaba tan alterado que casi no podía escuchar la irritante voz de mi prometida, cuando de pronto sentí el miedo más angustiante del mundo. La sensación era tan abrumadora que por un instante pensé que me estaban atacando a mí, pero cuando escuché su grito, salí corriendo desesperado hacia el bosque porque sabía que Gaia estaba en peligro, y no me equivoqué.“Te lo dije, ella pudo haber muerto por tu estupidez”, reclama Maheegan.—Silencio, lobo. No es mi culpa que ella haya decidido escapar.“Claro que es tu culpa, pero eres dema
CAPÍTULO 21: ACEPTO SER TU CONCUBINAGaiaAbro los ojos con los primeros rayos del sol. Por un momento creo que me levantaré con el cuerpo adolorido y lleno de heridas, pero cuando me siento en la cama descubro que no hay nada de eso. Todos mis raspones y rasguños han sanado, incluso la herida de mi pie también. “Es una de las ventajas de ser una loba, Gaia. Mi poder te da curación acelerada”. Todavía no me acostumbro a escuchar la voz en mi cabeza y saber que le pertenece a otro ser, que al mismo tiempo es parte de mí.—¿Por qué no podía escucharte con tanta claridad antes? Pensaba que estaba loca, o que eras mi conciencia.“En parte, eso soy. Tú y yo somos dos caras de la misma moneda. Cuando nos transformamos nos volvemos una”. —No lo entiendo, ¿por qué soy una loba? Antes no había manifestado ninguna señal.“Las lobas desarrollamos nuestro máximo potencial al cumplir los dieciocho años, pero al no saber de mí, fue más difícil despertar. Anoche estabas en peligro de muerte, lo q
CAPÍTULO 22: ¿QUÉ OCULTAS, REY?ParisaPensé que al venir aquí y desplazar a mi molesta hermana todo se resolvería. Creí que el Rey y yo tendríamos una conexión rápida y que nos casaríamos de inmediato. Sin embargo nada de eso ha sucedido. En cambio, Nikolai no podría ser más indiferente conmigo, su tema de conversación más recurrente es preguntar sobre mi hermana y eso no me gusta en lo absoluto.¿Por qué un Rey como él estaría tan interesado en saber el pasado de una sirvienta a la que además ya han desterrado?Tal vez sea una princesa de otro reino, pero no soy tonta. Sé que algo extraño sucede en este lugar. Desde que en las noches me han prohibido salir de mi habitación, o que los sirvientes de este palacio me miran de forma extraña. No sé qué pasa, pero estoy segura de que Nikolai esconde algo.A pesar de la prohibición de salir en las noches, me he escabullido varias veces a su habitación o en los alrededores. Los aullidos que se escuchan en la madrugada; en especial cuando hay
CAPÍTULO 23: LO QUE ME FALTABAGaiaMi situación no ha mejorado desde que descubrí que soy una loba. De hecho, creo que lo ha empeorado todo. Ahora sé que la voz en mi cabeza pertenece a Tala, pero saber que no estoy loca, sino que todo este tiempo he estado escuchando a mi loba interior no consuela la ignorancia en la que sigo sumida.¿Por qué mi madre nunca me dijo la verdad? ¿Será eso lo que quería contarme antes de morir? Y si es verdad que soy una loba, entonces el Rey Emyr… ¿también lo es? ¿Mi madre lo engañó haciéndole creer que era humana? ¿O toda mi vida fue una mentira desde el principio? Ni siquiera Tala tiene las respuestas a todas esas preguntas, y tengo la sensación de que me quedaré sin saberlo para siempre.Por otro lado, Nikolai no ha cambiado ni un poco su actitud hacia mí. Aquella noche curó mis heridas y me aseguró que no podía tenerme lejos, sin embargo, ya sabía que esas no eran más que palabras falsas y vacías; seguramente con la intención de evitar que me vuel
CAPÍTULO 24: YA CUMPLÍ, AHORA ES TU TURNONikolaiSi alguno de mis lobos, mi madre o mi padre se enterasen de que cedí a la exigencia de una simple Omega, una pequeña lubina que hasta hace poco era menos que mi concubina; me cuestionarían seriamente la capacidad de ser un verdadero Alfa fuerte y dominante.Jamás en la historia de los lobos un Alfa ha accedido a obedecer una orden de una Omega, mucho menos alguien como Gaia, que ni siquiera era consciente de quién es en realidad.Pero, la verdad es que no fui capaz de negarme ante tan tentadora oferta. ¿Cómo podía rechazar una oportunidad que se me presenta en bandeja de plata? Aunque eso ponga en riesgo mi estabilidad como Rey, no pude resistirme a aceptar la propuesta de Gaia para ser mi concubina.Las cosas serán mucho más sencillas si no estoy recibiendo de ella un rechazo constante, después de todo, tampoco quiero obligarla, aunque cada fibra de mi cuerpo y de mi ser me indiquen que debo someterla ante mí, su desafío es como un ju