Visita

— La noche había transcurrido sin más inconvenientes luego de los ataques que se habían dado, al día siguiente otras Manadas habían reportado los mismos sucesos, ya corría la Información de que los Alfas solicitarán la realización de manera inmediata de la Asamblea Lobuna, puesto que varios lobos ya estaban en peligro y los ataques se estaban dando de manera constante. — ¿En qué estás pensando? - la voz de Safari había sacado de sus pensamientos a Siena.

— En todo lo que está ocurriendo y que probablemente nuestra Manada sea la que más sufra las consecuencias, así que es significa que podemos sufrir grandes pérdidas en caso de una Guerra - Fue la respuesta dada por la pelirroja.

— No eres la única que está pensando en todo Siena, pero no tenemos nada al alcance más bien Edwin es bastante necio— Ambas mujeres se habían encaminado hasta el lugar de entrenamiento que había sido cancelado por los lobos heridos.

— ¡Siena! - Edwin había interrumpido a las jóvenes, Safari prefirió alejarse por respeto a la pareja dejando al Alfa en compañía de su amiga - Estaré fuera por unos días, razón por la cual te advierto que no quiero que te metas en problemas en mi ausencia - Lo expresado por el Alfa había tomado por sorpresa a la loba.

— Eres estúpido acaso, las manadas están sufriendo números ataques y a ti se te da la regalada gana de salir, además te preocupas porque yo no me meta en problemas— Siena lo fulminó con la mirada - Me estás hartando, me estás decepcionando.

— ¿Qué significa eso Siena? - Preguntó el Alfa mirando de una manera intensa a la loba.

— Significa que cómo Alfa eres pésimo Edwin— Respondió tranquilamente Siena Landfor.

— Siena creó que estás olvidando ante quién estás - El Alfa había acorralado por la pared en ese momento a Siena, no obstante el carraspeo de alguien más había interrumpido la burbuja de tensión y discusiones entre Siena y Edwin y la sorpresa no se había hecho esperar en la mirada verde de la pelirroja al observar de quién se trataba la persona que estaba por detrás de ellos.

— Buenos días, soy el Alfa de la manada Fuego de Luna— Expresó el hombre en una tonada bastante seria.

— Buenos días, Edwin Santillan Alfa de la Manada Luna de Oro y ella es mi novia y futura Luna de la Manada Siena Landfor— El Alfa los había presentado por un momento Siena sintió que el semblante del Alfa que tenían ante sus ojos había cambiado, pero aquella sensación rápidamente había sido eliminada.

— Es un gusto conocerlos Alfa, mi visita es por la razón de los constantes problemas con los Vampiros, así que necesitó hablar con usted acerca del Perímetro que compartimos, puesto que Fuego de Luna ha consumado todos los Territorios que comparte Perímetro con su manada - La apariencia y la postura del Alfa era completamente superior al de Edwin para la Loba se veía además bastante ardiente.

— Me parece correcto— por un momento Siena había sentido nerviosismo en Edwin, aquello llamó la atención de la Loba, Siena los había acompañado por orden de Edwin, ya que según el Alfa aquella era su obligación como futura Luna, una vez llegaron al despacho de Edwin, el Alfa de Fuego de Luna había tomado asiento.

— Tengo entendido que sus guardias anoche nos han ayudado— Para Siena la voz de Edwin parecía divertida, puesto que el Alfa intentaba de parecer intimidante y quizás aquello al Alfa Misterioso le causé risa.

— Así es y como Alfa puedo garantizar que usted no está haciendo un buen trabajo con sus respectivas patrullajes para proteger a su manada y a los humanos que habitan, aunque sean pocos, la vida de ellos vale mucho para nosotros como Guardianes.

— Disculpe ¿Está insinuando que soy un mal Alfa?— la voz de Edwin ya se había combinado con la de su Lobo Ean.

— Yo no lo digo, sus acciones hablan por usted está tomando a la ligera este asunto y está arriesgando mucho, inclusive vidas inocentes porque déjeme decirle que mis guardias no todas las veces estarán disponibles para tenderle la mano y salvar el pellejo de sus Guardias, con permiso que tengan un buen día— El Alfa se había puesto de pie - Y Luna esperó que en algún momento pueda tomarse un Té con la Luna de mi manada - Aquellas palabras el Alfa los había expresado con una sonrisa.

— Siena se contuvo para no maldecir al Alfa así que tuvo que mantener la compostura - Por supuesto Alfa así será— El hombre salió dejando a la pareja en él despachó y Siena no perdió la oportunidad para reclamar a Edwin antes de que el Alfa le dijera algo la loba decidió encararlo.

— Te das cuenta de que los Alfas ya se están dando cuenta de que estás haciendo un pésimo trabajo como Alfa - Siena estampó sus puños por encima del escritorio.

— Basta - Edwin se acercó a la Loba - nunca vuelvas a hacerme algún reclamo, solamente eres una simple loba, no tienes ningún derecho de - pero antes de que el Alfa terminará de expresar sus palabras Siena volvió a interrumpir al hombre.

— Sin amenazas Edwin - La loba no mostraba ser intimidada por el Alfa intentando de hacer él intentó de salir, pero Edwin llegó junto a ella de manera rápida agarrandola.

— Siena otra cosa no creas que no me he dado cuenta de cómo has estado mirando al Alfa, me parece que tengo que recordarte u obligarte a recordar que soy tu dueño, tu novio y tu pareja destinada - Expuso Edwin, pero Siena sonrió al escuchar aquello.

— Edwin te recuerdo que aún no he cumplido 18 años - La voz de la loba tenía una tonada amenazadora - no me amenaces porque ni tú ni nadie es mi dueño - La loba se soltó del agarre del Alfa alejándose de él y dejando la casa de la manada la loba había tomado la dirección de su casa, Siena dejó escapar un suspiró cuándo había cerrado la puerta de su vivienda, no obstante ni bien se había dado la vuelta se sorprendió de ver a la persona sentada en el pequeño sofá la loba sentía que el oxígeno no llegaba a los pulmones.

— ¿Usted? - Siena seguía en su asombro - ¿qué estás haciendo aquí y cómo has entrado en mi casa? - Fueron las preguntas realizadas por la loba.

— He venido a visitar a la futura Luna de Luna de Oro, la misma que decía que el Alfa no era su novio - La loba puso los ojos en blanco al escuchar lo expresado por el Alfa - ¿Ya se fue tu pequeño novio?

— Aquello no tiene nada que ver con usted - Respondió Siena.

— Eres muy altanera - Expuso el Alfa.

— ¿Para qué vino? Si solamente vino a crear inconvenientes, le recomiendo que se retire porque estoy cansada.

— He venido para hablar contigo pequeña Loba tengo una duda - El Alfa enarco las cejas - Siempre recibes a tus visitas de manera descortés, recuerda que yo te he tratado bien en mi territorio.

— Su visita no me interesa en este preciso momento - Al segundo de decir aquello, el Alfa se levantó desde donde estaba acercándose a Siena, estampando sus labios con los de Siena, un beso lleno de posesividad como queriendo impregnarse en la piel de la loba, mordiendo el labio inferior de ella, el pequeño cuerpo de la loba cayó por encima del sofá que también estaba por detrás de ella mientras seguían besándose salvajemente.

— Las manos del Alfa viajan en la feminidad de Siena mientras ella sentía los dedos del macho que subían y bajaban hasta que su mano se introduce en el interior del Short de la mujer metiendo un dedo en ella, aquello logro que Siena emitiera un gemido ante el tacto de los dedos del Alfa.

— Me encanta que seas altanera por eso quiero que seas mía solamente mía pequeña Loba además dudo que tu pequeño novio te haga sentir esto que yo estoy logrando en ti - Emitió el Alfa mirando directamente a los ojos de la loba posteriormente volvieron a besarse, hasta que el hombre le quita la blusa dejando solamente en brasier a Siena posteriormente la había despojado del Short fue allí que la loba agradeció mentalmente por tener puesto ropa interior de encaje, ya que aquello resaltaba más la figura de la loba, que se deleitaba con el tacto del hombre que hacía maravillas con la mano, pero todo pensamiento había quedado corto cuándo Siena sintió la lengua del Alfa en su pequeña cavidad empezando a penetrarla con la lengua, los segundos pasan y la loba empezó a respirar con dificultades el orgasmo estaba cerca, y él lo sentía así que tomó la decisión de intensificar los movimientos hasta que ella explota en mil sensaciones, aquello fue exquisito para el Alfa - Pequeña Loba tú eres mía nada más aquello te tiene que quedar claro— Volvió a expresar el Alfa posteriormente se acercó a Siena mordiendo la pequeña oreja de la loba que se había quedado en total silencio, pero nadie le quitaba aquella sensación excitante que aún la tenía con las piernas temblando.

— Eso fue intenso - Venus había hecho acto de presencia.

— Tengo que regresar a mi territorio, pero volveré por ti - Emitió el Alfa colocándose de pie, Siena no se había dado cuenta de que quizás aquellas palabras tenían otro significado.

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