EZRA ANGHEL

Doy el quinto suspiro de la noche al estar cansado de la misma rutina. Ir a eventos para conseguir contactos y regresar hasta tarde a mi departamento. 

Hago lo que sea y me mantengo ocupado con la esperanza que ella no se me venga a la mente. Cada vez es más difícil no preguntarme como esta y si se encuentra bien en todo este tiempo.

¿Habrá conocido a alguien en todo este tiempo? 

Esa idea me quita el apetito haciendo que haga a un lado el plato de comida que apenas y toque.

Si lo hizo lo aceptaría, después de todo fui yo quien la dejó y aunque sepa que fue para su bien, tengo que admitir que se siente como la mierda saber que esta siendo feliz con alguien que no sea yo.

Seria mentirme a mi mismo si digo que no echo de menos besarla con tanta ternura como en los viejos tiempos. Mi mente vuelve a ese vuelo donde me pidió comenzar de cero, olvidando todo lo que pasamos, pero aun