Mientras la mitad de los ejecutivos seguían criticándome y vociferando contra mí, eleve mi mano y después la estrelle contra la mesa, y después de eso, grite.

— ¡Silencio! —grite en un tono que nunca antes había usado en mi vida, mientras me levantaba de mi asiento.

Cuando los ejecutivos, oyeron mi repentino grito, todos ellos se quedaron callados casi al instante, obviamente no podían creer que de verdad hubiera hecho lo que acababa de hacer.

Mi corazón esa latiendo de forma acelerada, pero yo no iba a detenerme por ningún motivo.

—Veo que hay algunas cosas que ustedes no tienen claras todavía, pero yo se las voy a aclarar justo ahora —les dije a los ejecutivos, mientras iba girando mi mirada para verlos a cada uno.

— ¿Algo que no tenemos claro? Niño, será mejor que aprendas a respetarnos si quieres…

— ¡Silencio! ¡No hablaras a menos que yo te de la palabra! ¡¿Quedo claro?! ¡Por qué no lo repetiré dos veces! —grite, mientras miraba el ejecutivo que había dicho las