Capítulo 496
Al pasar por la tienda, Carolina se detuvo repentinamente diciendo que quería algo dulce. Lucía miró alrededor notando que era un local antiguo con decoración pasada de moda, sin carteles promocionales, donde solo al fondo se podían distinguir los nombres de los pasteles en el menú.

—¡Sí tienen dulces! —Lucía se preguntaba cómo su madre, con solo pasar frente a la tienda, supo que vendían dulces, y además que eran su especialidad.

Carolina: —No sé. Sentí que deberían tener, y que serían deliciosos.

Sergio: —¿No sabes que tu madre tiene un olfato extraordinario? Con solo oler sabe si algo está bueno o no.

—Ah, ya veo... —Lucía no le dio más vueltas, realmente tenía buen olfato.

Jorge: —Qué coincidencia, también vine por dulces.

—¿Para ti?

El hombre negó con la cabeza: —Para mi abuela.

—¿Tu abuela? ¿También vino? —Lucía miró alrededor—. ¿Dónde está?

—Está descansando en la tetería, se cansó de caminar. Después les presentaré a la señora y el señor. La última vez en la librería, mi abuela
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