La marca roja en su muñeca estaba tan caliente que parecía que iba a arder pronto.

¡Tan pronto ella cerró los ojos, no pudo olvidar la imagen de él besando la marca roja!

...

Tres días después, Zhuo Qianyun se levantó temprano en la mañana y miró a su hijo que aún estaba durmiendo. Sus ojos no pudieron evitar volverse gentiles al verlo.

'¡Es genial poder verlo crecer a mi lado!'.

Ella se alegró de no haber abortado al niño, sino que se mantuvo firme y lo dio a luz. Fue el momento más difícil y doloroso para ella, pero... ¡valió la pena!

La Señora Zhuo vio la gentil mirada de su hija hacia su nieto cuando entró en la habitación y susurró: "Yun, ya hemos empacado todo. Tomaremos el tren bala esta tarde. ¿Por qué no duermes un poco más?".

"No puedo dormir". Zhuo Qianyun sacudió la cabeza. "La compañía de mudanzas vendrá pronto por nuestras cosas. Tengo que prepararme".

"¡Me preocupa reiniciar el negocio cuando nos mudemos a la Ciudad G!", dijo la Señora Zhuo preocupada. Después de