"Soy pesado, ¿no?", preguntó el niño con algo de vergüenza.

"Sí, eres bastante pesado", dijo la niña con rudeza. Cada paso era tan difícil.

"Lo siento... Tuviste que cargarme. Sin embargo... Sin embargo, si te lastimas en el futuro, ¡definitivamente te cargaré!". Había una nota de ansiedad en la voz del niño, como si temiera que no le agradara a la niña por su inutilidad.

"¿Cuánto tiempo puedes cargarme? ¿Qué pasa si no puedes cargarme?". La niña no parecía creer en la fuerza del niño. Él era mayor que ella, pero parecía necesitar la protección de ella en todo momento.

"¡Podría cargarte por siempre!", espetó el niño.

Sin embargo, el niño y la niña no sabían lo que significaba por siempre.

Las imágenes rotas se combinaron y se convirtieron en un recuerdo vívido.

Ling Yiran solo se sentía somnolienta e intentó abrir los ojos, pero era como si sus ojos no pudieran abrirse en absoluto. Su cuerpo parecía moverse de un lado a otro, balanceándose ligeramente.

‘Es como si... alguien me