"¿Crueldad?". Ling Yiran interrumpió a Xiao Ziqi. "¡Si eso se llama crueldad, entonces probablemente no sepas lo qué es realmente la crueldad, Señor Xiao!".

La tortura inhumana que había sufrido en prisión le había hecho pensar varias veces que no sobreviviría. Xiao Ziqi probablemente no había sufrido una décima parte de ese dolor.

"¿Solo estarás satisfecha después de arruinarla?". Xiao Ziqi preguntó enojado.

"¿Ella no trató de arruinarme también? Si no hubiera tenido suerte, mis manos no podrían levantar nada ahora", dijo Ling Yiran con sarcasmo.

Xiao Ziqi se sorprendió y su mirada se posó en las manos de Ling Yiran a su lado.

En los últimos años, su mente recordaba esa escena de vez en cuando. Cuando eso sucedía, él sentía una oleada de sentimientos encontrados.

Especialmente después de enterarse de que Ling Yiran fue condenada injustamente, se preguntaba si él y ella se habrían mantenido juntos si ella no hubiera sido condenada injustamente.

Sin embargo, él siempre ponía fin