“¡Jin!” Lo llamó ella, pero esta vez con más fuerza. A la vez que sostenía su rostro en sus manos con todo su esfuerzo.

Sus ojos poco a poco recobraron claridad, y sus oscuras pupilas reflejaron su rostro, pero la mirada en sus ojos era extremadamente complicada.

“¿Qué sucede?” preguntó ella.

“No es nada”. Exhaló él.

“Eso es bueno”. Ella exhaló un suspiro de alivio. “La forma en que te veías ahora era como…” Pensó por un momento y se le ocurrió una descripción. “Era como un frágil cristal que estaba a punto de quebrarse. Me asustaste por un momento”.

“¿Frágil cristal?” Soltó una risita y un oscuro y hostil destello pasó por sus ojos, pero desapareció en un instante y su mirada regresó a la normalidad. “Hermana, en este mundo, nadie puede romperme”.

Ella sintió como si la persona que estaba frente a ella, en ese momento, parecía haberse transformado en otra persona. Pensó que probablemente sólo había estado imaginando cosas.

Él la miró fijamente y preguntó, “Hermana, nunca vas a aba