"Perdóname, Yiran. Perdóname pase lo que pase, ¿de acuerdo?".

Sin embargo, él solo podía suplicar cuando ella dormía porque no se atrevía a decirlo en su presencia.

Cuando terminó de cambiarle de ropa, él la cubrió con una fina colcha y estaba a punto de levantarse cuando sus dedos agarraron su manga. Entonces, sus ojos se abrieron. "Te perdono, Jin...".

Él estaba sorprendido. Sus ojos profundos la miraron con sorpresa. ¿Sabía lo que estaba diciendo?

Las comisuras de sus labios se levantaron como si estuviera sonriendo, y sus ojos estaban rojos por el llanto anterior. Formaba un extraño contraste. "Yo... No sé por qué me pides que te perdone, pero te perdonaré. Te perdonaré... Porque... eres Jin...".

Una vez que terminó de hablar, ella cerró los ojos con cansancio y se volvió a dormir.

Yi Jinli la miró sin comprender, luego se inclinó y la besó en la frente.

"Sí, soy Jin, tu Jin...", él murmuró. 'Incluso si... No me perdonas, ¡no te dejaré ir!'.

Era porque se había vuelto indis