Yiran... ¡Tenía mejor suerte que ella! Los ojos de Zhuo Qianyun se oscurecieron cuando pensaba en su pasado. Una vez, ella también pensaba que había conocido a un hombre que estaba dispuesto a luchar contra el mundo entero por ella.

Sin embargo, resultó que el hombre la consideraba su enemiga.

Patética y ridícula, ese era su comentario sobre esa relación.

Ahora, ella solo quería que Lil Yan creciera bien.

Yi Jinli bajó la cabeza para mirar la comisura de la boca de Ling Yiran que estaba herida por la bofetada. Vio que su mejilla también estaba hinchada. Había un rastro de sangre goteando por la comisura de su boca. La vista le dolía los ojos.

Frunciendo el ceño, la yema de su dedo rozó suavemente su herida. "¿Quién hizo esto?".

"¿Por qué estás aquí?", ella preguntó sin responder.

"Acabo de terminar algunos asuntos y casualmente pasaba de largo, así que pensé en ir a verte". Era una suerte que hubiera ido a verla. Si él no hubiera venido, su padre y su madrastra la hubieran acosa