Lo que Yan Fangfang nunca se imaginó fue que la mujer que asumió que se volvería loca ni siquiera dijo una palabra. En cambio, ella simplemente la miró con calma. El hombre que le interesaba habló primero. "¡Largo!".

Yan Fangfang abrió los ojos con incredulidad. Esta era la primera vez que alguien le decía una palabra así.

"Tú...". La cara de Yan Fangfang se enrojeció de vergüenza mientras Yi Jinli llevaba a Ling Yiran hacia el ascensor.

Yan Fangfang quería seguirlos al ascensor, pero cuando vio la mirada helada que le dio Yi Jinli, su cuerpo se estremeció y sus pies parecían haber echado raíces. Ella no pudo moverse.

Fue solo después de que se cerró la puerta del ascensor que la amiga de Yan Fangfang, Sun Feiyan, dejó de contener la lengua. “Este hombre tiene tan mal gusto. ¡Siquiera sabe hablar correctamente!".

Yan Fangfang apretó los dientes con odio. Nunca antes nadie se había burlado de ella. Durante todo este tiempo, ella siempre fue la joya en la mano de alguien. ¡Nunca hab