Ella lo estaba cargando en su espalda con dificultad mientras seguía diciendo: "No tengas miedo. Te cargaré hasta abajo de la montaña. Te llevaré a la policía".

No tengas miedo...

Sin embargo, su cuerpo temblaba tanto que incluso cuando hablaba le temblaba la voz.

Era ella la que tenía miedo, pero seguía consolándolo.

"Estás tan pesado...". Ella no pudo evitar quejarse de vez en cuando.

"Lo siento". En ese entonces, él se disculpó por eso.

"Jeje. Cuando te recuperes más tarde, puedes cargarme para que estemos a mano", dijo ella con una sonrisa, tratando de seguir adelante.

Nunca pensó que algún día sería protegido por una chica más joven que él.

"Te cargaré en el futuro", le dijo él como si fuera una promesa.

Se dijo a sí mismo en su corazón que en el futuro, la cargaría. No importaba qué dificultad hubiera, la cargaría hasta el final.

¿Dónde diablos estaba ella?

Durante muchos años, siempre se arrepintió de por qué había soltado su mano.

Si él hubiera sostenido su mano en