—Espero que pueda ser realmente feliz —dijo Ling Yiran.

Había pasado por las buenas y por las malas con ella cuando era más joven. Todavía, ella era solo una transeúnte en su vida. ¿Será Zhong Keke quien acompañará a Lichen toda su vida?

Ling Yiran fue al estudio después de que los dos niños se acostaran esa noche.

Yi Jinli estaba teniendo una videoconferencia en el estudio. Ling Yiran entró sigilosamente y se sentó en el sofá. Observó a Yi Jinli celebrar su reunión mientras sostenía su barbilla.

Ella estaba acostumbrada a todo eso.

Estaba ocupado con su trabajo. Incluso en casa, a menudo necesitaba revisar documentos y tener videoconferencias con los altos ejecutivos de las sucursales extranjeras.

Necesitaba dirigir una empresa tan grande. Uno podría imaginar cuán pesada era la carga sobre sus hombros.

Aun así, siempre trataba de hacer tiempo para ella y los niños.

A veces, de vez en cuando se despertaba en medio de la noche y lo encontraba revisando algunos documentos