"Hermana, podemos irnos a casa sin ella", dijo Yi Qianci. Su expresión mostraba una resistencia obvia a la oferta de Ling Yiran de llevarlos a casa.

Los ojos de Ling Yiran se atenuaron ligeramente. Ella no estaba presente cuando él creció, por lo tanto era natural que él se resistiera a ella.

"Pequeño Ci, te extraño mucho. Quiero llevarte a casa para poder pasar más tiempo contigo", dijo Ling Yiran.

Yi Qianci guardó silencio, sus hermosos ojos estaban indiferentes.

Era como si lo mucho que su madre lo extrañaba no significara nada para él.

He Zixin dijo: "Pequeño Ci, dejemos que la Tía Ling nos lleve a casa. Te envidio que tengas una mamá. Mi mamá...".

Las palabras de He Zixin desaparecieron en su garganta.

No quería llamar a su madrastra 'Mamá' porque esa mujer nunca la había tratado con sinceridad.

A menudo pensaba en su mamá, pensando en lo feliz que sería si estuviera viva. Su mamá podría protegerla si se metiera en algún problema.

Por lo tanto, tenía envidia del Pequeño C