Su rostro se puso más rojo, y trató de apartarse para evitar sus dedos. Sin embargo, sus dedos parecían seguirla y ella no podía evitarlos.

"No me tomes el pelo, Yi Jinli." Ella jadeó. Sus ojos almendrados no parecían tan demacrados como de costumbre bajo la luz de la lámpara. En cambio, estaban inspirados por la ira.

Él la miró a los ojos de manera casi cautivadora. Había muchas mujeres con ojos más hermosos que los de ella, pero fueron los únicos que le causaron este enamoramiento.

Era como si mirarla a los ojos le hiciera querer dominar sus ojos y no querer que ella mirara a otros hombres con la misma expresión.

Las yemas de los dedos le abrieron suavemente los dientes, sintiendo la temperatura de su boca. "¿Y si no te estoy tomando el pelo? ¿Y si te digo que puedo darte tanto dinero como quieras? ¿Entonces sufrirás por mí?"

Podía sentir las yemas de sus dedos en su boca. Llevaban un toque de frialdad como si estuvieran constantemente tomando su temperatura.

"Solo gano lo que gano c