"Está bien, Ye Wenming. Espero que hagas lo que dices esta vez", dijo Zhuo Qianyun en un tono inexpresivo.

Ye Wenming sonrió amargamente. Sus ojos parecían haber perdido todo su brillo, y lo que quedaba era la falta de vida. "Está bien, te lo prometo. No volveré a aparecer frente a ti. Nunca... nos volveremos a ver. Te daré paz y no tendremos nada que ver entre nosotros así como quieres”.

Al escuchar esto, ella guardó los recipientes de comida que había traído. Luego, se dio la vuelta para irse.

Cuando llegó a la puerta, dijo: "Ya no tienes que ir al hospital para que te extraigan y almacenen tu sangre. Yiran y Lianyi me ayudarán. Incluso si mi tipo de sangre es raro, encontrarán una forma de preparar suficiente sangre para mí. No necesitaré la tuya".

Ye Wenming miró en silencio su espalda. Sintió que él era un inútil cuando ella dijo que no necesitaría... su sangre.

Tal vez él era una persona inútil para ella.

La puerta de la sala se abrió y se cerró.

Ye Wenming quedó solo en l