"Incluso si es vieja y un juguete de niña, es mía. ¡Nadie puede tomarla!". Shen Jifei ahora parecía un cachorro de león enojado. "¿Dónde pusiste la muñeca?".

Esta muñeca fue lo único que trajo de la Residencia Yi. ¡Se la había dado la Pequeña Jin! ¡Era su tesoro más preciado!

La sirvienta se sobresaltó y empezó a tartamudear. "Está... Está en el depósito". Las cosas de las que la familia quería deshacerse generalmente se guardaban en el depósito. Una vez que hubiera suficientes artículos, los vendían a los recolectores de chatarra. Se consideraba dinero extra para los sirvientes de la casa.

Shen Jifei inmediatamente bajó corriendo las escaleras y se dirigió al depósito, mientras que la sirvienta lo seguía.

Yi Qianjin parpadeó mientras se escondía en la oscuridad.

Ella... de hecho, había visto al Pequeño Fei hace un momento, pero era diferente de lo que recordaba. Parecía haber algo en él que no podía describir.

La sirvienta había llamado respetuosamente al Pequeño Fei como 'Peque