Capítulo 211
Se sentía como una de las ironías de la vida.

Ella no dijo ni una palabra y se acercó al cajón. Ella sacó el par de guantes y se los entregó. “Aquí están tus guantes, como acordamos”.

Él observó los guantes con atención y se los probó. "Son bastante buenos y cálidos, como la bufanda que tejiste, Hermana. También es cálida y cómoda de usar".

"No es necesario que te la pongas. Otros la verán y sentirán que no te queda bien", le dijo ella. Su ropa fina solo hacía que la bufanda pareciera vieja, barata y áspera.

"¿No me queda bien?". Él levantó las cejas y se rio en silencio. "Hermana, para mí, nunca es necesario que otros juzguen si me conviene o no. Solo importa si me siento bien al respecto. Toma esta bufanda como ejemplo. Cuando digo que me queda bien, ¡entonces me queda bien!".

Luego hizo una pausa antes de volver a tocar la bufanda. "Es más, Hermana fue quien lo tejió. En ese caso... ¡quedará bien con cualquier tipo de ropa!".

El corazón de ella de repente comenzó a latir viole
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