Después de un poco de entrenamiento, incluso el maestro no pudo evitar elogiar esa tenacidad que rara vez se veía en niños comunes.

Ye Wenming estaba parado no muy lejos mientras observaba a su hijo entrenar. A pesar de que su hijo fue tirado repetidamente al suelo, se levantaba rápidamente y persistía.

Sus ojos eran similares a los de Zhuo Qianyun, mostraban una rara firmeza y determinación.

Ye Wenming sabía que su hijo quería volverse más fuerte. Su deseo era tan fuerte que era como si el niño ya hubiera sufrido todo tipo de altibajos siendo tan joven.

Ye Wenming se sintió terrible. Si no hubiera estado cegado por el odio y no hubiera creído en Kong Ziyin en el pasado, ahora tendría una familia feliz.

Cuando Zhuo Yan terminó con su práctica, Ye Wenming se acercó a él y le dijo: "Te llevaré a casa más tarde".

Zhuo Yan se negó al decir: "No, gracias. Vi un autobús cerca cuando vine aquí. ¡Puedo tomar el autobús a casa! ¡Puedo venir aquí y regresar solo en el futuro!".

"¿Tienes q