Al final de la semana, Guo Xinli condujo hasta la tienda con su hija para recoger a Zhuo Qianyun. Los dos niños se sentaron atrás, mientras que Zhuo Qianyun se sentó en el asiento del pasajero de adelante.

En el camino, el Pequeño Yan cuidó de Guo Nianan como un pequeño adulto. Guo Nianan estaba sentada en un asiento de seguridad para niños mientras hablaba con el Pequeño Yan como una pequeña charlatana. Por ejemplo, habló sobre los dibujos animados que había estado viendo últimamente, lo que había dibujado y cuánto faltaba para que pudiera comenzar a ir al jardín de infantes.

"¿Es divertido el jardín de infantes, Hermano Yan?", preguntó la pequeña.

Los ojos de Zhuo Yan se oscurecieron. No tenía una buena impresión del jardín de infantes. El caso de su madre aún no se había revertido en ese momento, por lo tanto, los niños y sus padres se burlaban de él.

Era pequeño y no había entendido muchas cosas en ese entonces, pero ahora entendía más sobre los adultos y la injusticia de la so