Después de mucho tiempo, Qin Lianyi finalmente escuchó la voz de Bai Tingxin desde el teléfono. "¿Estás pensando en abortar al bebé?".

"Yo... solo digo", dijo ella tímidamente. No sabía por qué se sintió asustada cuando escuchó a Bai Tingxin preguntar eso.

Era como si fuera una cosa atroz abortar al bebé.

"Mira, solo apúrate y envía a alguien para que se lleve todas estas cosas", dijo Qin Lianyi.

"¿Tienes tanto miedo así de que tus padres se enteren de que estás embarazada?", él preguntó.

Ella espetó: "¿Cómo se supone que no voy a tener miedo? Soy una mujer soltera que quedó embarazada. ¿Crees que es algo de lo que debo estar orgullosa?".

Sus padres eran bastante conservadores. Si se enteraban de su condición, la castigarían con arrodillarse sobre una tabla de lavar.

"Entonces, si nos casamos, tus padres no te regañarán, ¿verdad?", preguntó Bai Tingxin.

"¿Ca... casarnos?". La mandíbula de Qin Lianyi cayó. Aunque lo había pensado, no esperaba que Bai Tingxin lo mencionara tan rá