Atrapado en sus pensamientos, Ye Wenming estaba sentado en el coche mientras observaba a Zhuo Qianyun recoger a su hijo en el jardín de niños. La madre y el hijo caminaron de la mano hasta la estación de autobuses más cercana. Él tuvo la oportunidad de caminar con ellos, pero la arruinó. Estaban justo frente a él, pero no podía acercarse a ellos.

¡Él pensaba que había alcanzado el éxito porque había conseguido que la familia Ye resurgiera! Sin embargo, fue el mayor fracaso de todos. ¡La única persona que amaba ni siquiera quería verlo, ni siquiera después de la muerte! ¡Su hijo pudo haber sido un niño totalmente saludable pero perdió la audición por culpa de su venganza! ¡Recordar el pasado solo le traía dolor ahora que pensaba en ello! ¡No tenía idea de cuándo se detendría! Tal vez... ¡seguiría siendo tan doloroso hasta el día de su muerte!

Ye Wenming levantó la mano y presionó su palma contra su pecho. Con cada latido, ¡sentía un dolor terrible!

***

Por la noche, en la mansión