Gao Congming dejó de hablar inmediatamente. '¿Acaso al Joven Amo Yi ya no le importa Ling Yiran?'. Sin embargo, lo que dijo Yi Jinli a continuación sorprendió a Gao Congming.

"Ve y averigua por qué quiere pedir prestados dos millones de dólares", dijo Yi Jinli.

"Sí", respondió rápidamente Gao Congming y salió de la oficina.

Yi Jinli era una vez más el único que quedaba en la gran oficina del presidente. Caminó hasta la ventana francesa y miró a la figura que aún estaba de pie en la entrada del edificio.

Desde ese ángulo, solo podía ver leves sombras, pero aún podía distinguir cuál le pertenecía a ella.

Era extraño. A pesar de que seguía diciéndose a sí mismo que no le prestaría más atención a esta mujer, no podía evitarlo.

¡Incluso la idea de su pálido y demacrado rostro y cuerpo, que era casi inestable, lo preocupaba!

'¿Qué me preocupa? ¿De qué hay que preocuparse?'. Yi Jinli se dijo a sí mismo en su corazón que Ling Yiran solo acudió a él por algo que había sucedido entre ella