‘Aunque ella no me ama, ahora está conmigo, ¿no es así?’.

Ling Yiran solo sentía un gran peso en un lado de su hombro. Parte del peso de él estaba ahora sobre su hombro.

Él era como un hombre exhausto hasta la médula, que buscaba algún soporte, aunque solo fuera temporal.

Ella parecía ser su soporte, su único soporte en este mundo. Si ella lo apartaba, era como si él cayera por un precipicio.

‘Dios, ¿cómo pude tener una idea así?’, pensó Ling Yiran mientras se reía de sí misma. Ella nunca podría ser su único soporte. Era solo una ilusión provocada por su cansancio.

"Bueno... Deberías descansar. Volveré a mi habitación", dijo Ling Yiran mientras trataba de irse.

Sin embargo, con un giro, él de repente la había inmovilizado en la cama antes de que ella pudiera dar un paso.

"¡Déjame ir!". Ella intentó apartarlo, presa del pánico, pero él solo la abrazaba con más fuerza.

"No te haré nada. Solo… voy a abrazarte así." l murmuró, mientras enterraba su rostro en sus hombros, respirando