Aun así, Zhuo Qianyun se apresuró a acercarse y se disculpó para calmar las cosas. "¿Por qué no les cocino un platillo nuevo? ¿Yo invito la cena la próxima vez que vengan aquí?".

"¿Eso es todo lo que vas a hacer para resolver esto? ¡Hay moscas en tu plato! ¿Qué pasaría si comiéramos tu comida y fuéramos hospitalizados? ¿Qué pasaría con las facturas médicas? ¡Además, no nos atreveríamos a comer tu comida otra vez!".

"Deja de decir tonterías. ¡Haz que ella pague!".

"Así es. ¡Paga! ¡Puedes olvidarte de hacer negocios aquí si no nos pagas!".

Los tres hombres hablaron, y uno de ellos sostenía deliberadamente una mosca muerta en su mano frente a la cara de Zhuo Qianyun como si fuera una prueba física.

Algunos de los clientes que habían estado comiendo también se detuvieron a mirar.

Por supuesto, Zhuo Qianyun sabía que los tres hombres la estaban chantajeando, pero no tenía pruebas que demostraran que ellos habían plantado la mosca. Ella solo podía decir con los dientes apretados: "¿Por