Capitulo 8.

Gracias al calor que me brindo Daniel, no he muerto de hipotermia. No me entiendo ni a mí misma, como puedo llegar a ser tan testaruda.

No me ha hecho nada, he sido borde, cruel y arrogante con él. Tratando de autocompadecerme, como si todo girará alrededor de mi.

Ayer fue como si me hubiera tirado un jarro de agua fría. Me abrió los ojos de tal manera, me hizo sentir realmente mal, no me di cuenta hasta ese mismo instante. De lo injusta que había sido con él.

Aún así, sigo manteniendo una barrera entre el y yo, no se muy bien como quitarla, solo espero que el no se canse y se aleje de mi.

Hace rato que me desperté, lo primero que hice fue echar más leña en la chimenea, parece que por fin ha dejado de nevar.

Me siento estúpida, sino hubiera huido hasta aquí, ahora no estaríamos metidos en esta situación, apenas llevo ropa de abrigo, la comida no abunda y nose cuanto tiempo vamos a tener que estar aquí.

- Mi alma por un café, digo