Mientras tanto, Dave estaba ocupado en la sede de Evans Group. Tras regresar de un largo viaje de negocios, tenía una pila de decisiones que requerían su atención.

Zane entró en la oficina con un expediente bajo el brazo. Lo dejó sobre el escritorio de Dave, pero su mirada se desvió involuntariamente hacia su jefe, sus pensamientos girando en torno al tema del momento.

Más temprano, una foto tomada en la sala privada del Flourish Club había mostrado a otro hombre junto a Blake. Zane estaba seguro de que ese hombre era Dave.

Era inusual que Dave, conocido por su actitud calmada e inquebrantable, visitara un club por una mujer.

Notando la mirada de Zane, Dave preguntó sin levantar la vista, su pluma moviéndose con precisión sobre el documento:

—¿Tengo algo en la cara?

Zane salió de su ensimismamiento y desvió la mirada rápidamente.

—No, nada… Yo… uh…

Vaciló, queriendo decir algo, pero titubeó. Al notar su vacilación, Dave le lanzó una mirada directa.

—Si algo te molesta, dilo de una vez