El auto se movía entre las calles, mientras que mi pie derecho no dejaba de moverse y mi mente no dejaba de dar vueltas de un lado para otro, no deja de atormentarme y martirizarme, por el hecho de haber aceptado la ayuda de Anakin, por estar a su lado en estos momentos, por permitir que mis hijos estuviesen lejos de mí y sobre todo por el hecho de que yo ahora parecía estar confiando en alguien que una vez prometí escapar en cuanto lo viese, pero ¿Qué paso podía dar en aquel momento? Sin duda ninguno, no tenía ninguna opción, no tenía ninguna manera de poder escapar o siquiera de poder enfrentarlo, sin duda alguna Anakin da mucho miedo, de verdad que me atemoriza, y al parecer no soy la única por qué podría jurar que Kendrik se encontraba de la misma forma.

Este no dejaba de ver hacia atrás por el espejo retrovisor, mientras que yo parecía uno de esos ratoncitos de experimentos que buscan con el corazón a mil por horas una manera de escapar, tal cual creo que nos veíamos Kendrik y yo