Rosa había hecho un gran alboroto en las redes sociales. Si Rosalía no aparecía, quien quedaría super mal sería ella.Así que Rosa, mientras todavía era de día, tomó un taxi y se dirigió a la antigua mansión de la familia Burgos. Planeaba hablar personalmente con Rosalía sobre este tema.Con gran rapidez, Rosa llegó a la antigua mansión de la familia Burgos. Cuando el mayordomo la vio, no la dejó entrar de inmediato, en cambio, le dijo que tenía que informar primero su presencia.Rosa estaba un poco molesta, pero entendía que esta era la casa de la familia Burgos y no podía comportarse de manera grosera. Con un tono conciliatorio, le dijo al mayordomo: —Ya he venido antes, ¿debería recordar mi cara? Simplemente déjeme entrar.El mayordomo, con su habitual cortesía, sonrió y dijo: —Debo informar a la señora antes.Rosa, al ver que no podía persuadir al mayordomo, agitó la mano impacientemente y dijo: —Está bien, lo entiendo. Ve y hazlo muy rápido.El mayordomo, siendo solo un sirv
Después de salir de la mansión de la familia Burgos, Rosa sintió que había perdido toda su dignidad, estaba devastada por completo.Ella regresó a casa visiblemente enojada, donde Juan y Fátima estaban teniendo la cena. Fátima, quien acababa de tener un enfrentamiento con Rosa, inicialmente no tenía intención de unirse a la cena. Sin embargo, se preocupaba de que su esposo pensara que estaba siendo irrazonable. Además, su bebé en camino también necesitaba alimentarse. Así que, después de que la cocinera preparara la comida, Fátima finalmente se unió a la cena en tranquilidad.Rosa regresó a casa haciendo bastante ruido. En ese momento, Fátima levantó la cabeza y vio a Rosa, que estaba furiosísima, lo que le hizo presentir que algo andaba mal.Juan también estaba confundido, sin entender por qué Rosa de repente estaba enojada.Rosa se acercó a Fátima y empujó sus utensilios a un lado, mirando fríamente a Fátima mientras se burlaba con desprecio: —¿Quién te crees que eres? ¿Saliste
Estrella acababa de llegar a la mansión cuando escuchó la noticia de que Rosa había ido a la antigua residencia en busca de Rosalía. De inmediato, perdió el apetito que llevaba y le pidió a Claus que la llevara en coche a la antigua casa.En el camino, Estrella se sentía disgustada tanto con la gente de la Familia Castro era una ira que le quemaba todo su ser. ¿Cómo podía haber personas tan desvergonzadas en el mundo?—Se han pasado de la raya, aprovechándose de que no estábamos aquí para ir a ver a mi abuela—Estrella ya estaba bastante molesta con todo lo sucedido por la última visita de Fátima y su familia a la Familia Burgos durante las festividades. Sin embargo, no podía creer lo que este grupo de personas era capaz de hacer a sus espaldas.—No te preocupes, tu abuela sabe cómo manejar la situación, y si no te gustan las personas de la familia Castro, tu abuela seguramente no les mostrará una buena cara—consoló Claus desde el asiento del conductor.Estrella había estado en la F
Rosalía ya había reservado su vuelo y partiría al extranjero al día siguiente. Estrella incluso se tomó medio día libre para acompañarla, y ayudarle a arreglar todas las cosas pertinentes para el viaje, Claus vino corriendo desde la oficina.Al ver a las dos jóvenes frente a ella, Rosalía las apreciaba sinceramente. Tomó la mano de Estrella y luego la de Claus, entrelazando sus manos juntas.—Estrella, Claus, durante el tiempo que la abuela no esté aquí, deben fortalecer su relación con gran amor y respeto. Cuando regrese, espero ver que han avanzado un poco. Recuerden, nunca peleen. Las peleas son lo que más daña una relación. Y si llegan a pelear, Claus, asegúrate de ceder ante Estrella, ¿entiendes? Si no, cuando regrese, la abuela te llamará muy fuerte la atención.Estrella realmente no quería que Rosalía se fuera, pero al escuchar estas palabras, casi se rio con gracia.—Abuela, puedes estar tranquila. Claus y yo no pelearemos.No parecían el tipo de personas que pelearían. De
Una vez que Rosalía y Yune se fueron al extranjero, la vida de Estrella y Claus volvió a la total normalidad.Estrella siguió asistiendo a la escuela como de costumbre, y Claus fue a trabajar a la empresa. Sin embargo, Claus solía regresar a casa un poco antes de lo habitual para pasar más tiempo junto a Estrella.Aunque la pequeña no lo expresaba abiertamente, Claus podía sentir que Estrella estaba un poco triste por la ausencia de Rosalía.Hoy, cuando Estrella terminó la escuela y abrió la puerta del coche, vio a Claus dentro. Qué alegría le dio, verlo allí recogiéndola.Hubo una expresión de sorpresa en sus ojos mientras preguntaba: —¿Por qué has venido?La alegría en el rostro de Estrella complació a Claus, y sus labios se curvaron ligeramente sin poder evitarlo mientras respondía: —No tengo nada que hacer hoy, así que vine temprano a recogerte, para que pasemos un tiempo juntos.Estrella sabía que Claus dedicaba mucho tiempo y esfuerzo a su relación, por lo que no quería int
Estrella estaba dispuesta a ir a cualquier lugar, pero cuando estaban de pie frente a la puerta del restaurante de fondue de mariscos, se quedó paralizada en el lugar.¿Cómo sabía Claus que le gustaba este lugar? En definitiva, él le conocía sus gustos y leía su mente.Estrella se volteó hacia Claus y preguntó: —¿Por qué elegiste venir a un restaurante de fondue de mariscos?—Cuando te vi disfrutando la última vez, y dado que nunca habíamos venido juntos, pensé que después de tanto tiempo, podríamos probarlo. ¿No te gusta? — Claus estaba basando su elección en una suposición.Realmente no estaba seguro si a la pequeña le gustaría. —A mí me encanta, vamos— Estrella avanzó y tomó el brazo de Claus, con gran alegría y efusividad.Apenas entraron, un hombre vestido con un traje se les acercó, seguido de varios camareros. Este debía ser el gerente del restaurante.Al ver a Claus, el gerente sonrió de inmediato. —Claus, su reservación está lista en el salón privado. Estaremos afuera
Estrella había pasado mucho tiempo sin disfrutar de una comida de mariscos a la parrilla, y esta vez se había dado todo un festín, quedando tan llena como un barril.Claus tomó la mano de Estrella y salieron a dar un paseo.La vista fuera del restaurante era hermosa, con luces naranjas decorando los árboles, creando una atmósfera mágica y acogedora. Estrella y Claus caminaron bajo la luz de las farolas, sus dedos entrelazados, deseando que el camino pudiera extenderse para toda la vida. Pero Estrella sabía con claridad en su corazón que finalmente tendría que irse. No era lo suficientemente destacada en este momento; su maestro era importante, y Claus también lo era. Tenía que ser lo suficientemente fuerte para merecer estar a su lado en muchos aspectos. Por lo tanto, valoraba mucho todos los valiosos momentos que pasaba con él.De cualquier forma, no sabía cuándo se volverían a ver. Estrella miró hacia un lado y vio el perfil distintivo de Claus. Suspiró suavemente, d
El guardaespaldas compró asientos en la mejor ubicación para ver la película.Estrella y Claus se sentaron juntos, hombro con hombro. Ella compró un té de burbujas y unas papas fritas, ambos de su sabor favorito, su comportamiento era de verdad el de una niña chiquita. Después de abrir la bolsa, Estrella no había empezado a comer cuando le ofreció la bolsa a Claus. —¿Quieres?Claus negó con la cabeza. —No, gracias. No es saludable. Podrías tener dolor de estómago más tarde.—Aish, no pasará nada—Estrella pensó que no había comprado demasiado, y no le haría daño a su estómago. Estrella estaba segura de su cuerpo. Claus, al ver que le gustaba, dejó de insistir. La película comenzó rápidamente, y Estrella comenzó a masticar sus papas fritas con gran emoción. ¡Crunch!Entonces, de repente, Estrella tuvo una idea. Inclinándose hacia Claus, susurró en su oído, —Haber, abre la boca. Claus se giró instintivamente para mirarla, y ella le metió dos papas fritas en la boca. Es