Después de revisar el informe de embarazo, Rosalía se enfureció aún más.

Realmente, ambos, Caín y Luna, eran asombrosos. Habían estado juntos por tan poco tiempo y ya iban en camino de concebir un hijo. Además, esto era obra de un miembro de la familia Burgos. Después de todo, la familia Burgos era una casa noble, y en la Ciudad Norte, lo que más valoraban era el protocolo y las reglas. Caín había cometido un acto tan vergonzoso que indignaba a cualquiera. Cuanto más pensaba en ello, más ardía la ira en Rosalía.

Inmediatamente, llamó personalmente al abuelo Andrían y a Caín, exigiendo que vinieran de inmediato. También ordenó al mayordomo que notificara a los ancianos de las otras ramas de la familia Burgos para que fueran testigos.

Media hora después, todos habían llegado, pero nadie sabía lo que estaba sucediendo. Se miraron entre sí, con una expresión de confusión en los ojos.

La acción urgente de Rosalía sin duda se debía a un evento importante. Las personas sentadas abajo ahora