Rosalía les lanzó una fuerte advertencia. Si todas esas pruebas se hicieran públicas, no solo perderían esas sucursales, sino también todo lo que habían logrado con el grupo Burgos. Por eso, ante todos los presentes, los dos tipos no tuvieron otra opción que ceder el control de las sucursales.Ellos eran los ejemplos típicos de mala gestión. Todos los presentes eran personas astutas, podrían entender lo que Claus y Rosalía querían expresar y que otros también podrían ser los próximos.Cuando la reunión estaba a punto de terminar, Claus les dijo a ellos:—Tengo un estilo diferente al de mi abuela. No tolero ningún movimiento que cause pérdidas a la empresa. Si ustedes desean explorar una jubilación anticipada, son libres de actuar a su propio juicio.Después de terminar de hablar, Rosalía y Claus salieron y se escucharon inmediatamente las quejas en la sala de conferencias:—Claus Burgos no es más que un cojo, ¿por qué está tan orgulloso?—De verdad, ¡él ni siquiera muestra el más mín
Después de que Rosalía les diera una severa advertencia a los dos tipejos, todos los ejecutivos del grupo sintieron una intensa presión.Además, Claus aún seguía fortaleciéndose. Aunque no querían admitirlo, entendían muy bien que ya no podrían hacer todo lo que quisieran como antes.A pesar de ser miembros de la familia Burgos, habían estado beneficiándose del grupo siempre a escondidas. No se habían convertido en ejemplos, ya que lo que habían hecho aún estaba dentro de los límites de tolerancia.Antes, creían que al estar en el extranjero y lejos de la sede central, Rosalía no prestaría atención a esas cosas. Sin embargo, ahora se dieron cuenta de que tanto Rosalía como Claus tenían sus manos en casi todos los aspectos del grupo.Tomando a las dos colegas como ejemplos, su pérdida de control sobre las sucursales ya era una advertencia efectiva.Eran miembros de la rama familiar del hijo mayor, la cual históricamente había demostrado ser la más capaz en la gestión empresarial. Siempr
En realidad, su plan era mostrar lealtad hacia Rosalía y Claus.Quizás ellos tenían pruebas en su contra, quizás no. Sin embargo, si ellos podían confesarlo todo voluntariamente, tal vez Rosalía y Claus les dejarían pasar por alto el asunto. Por eso, acordaron visitar a Rosalía con regalos al día siguiente.Cuando llegaron a la hacienda, Rosalía estaba tomando té en la sala de estar. Por lo general, si no había asuntos importantes, descansaba en casa y dejaba que Claus se encargara de los asuntos rutinarios de la empresa. En esos días llevaba una vida muy relajada que beneficiaba a su salud.El mayordomo se acercó para informarle sobre la visita de las personas. Dijo en voz baja:—Esos hombres vienen con regalos. Parece que quieren agradarle y comprarla con estos.El mayordomo había trabajado en la familia Burgos durante muchos años, estaba al tanto de las cosas ocurridas en la empresa. Además, ellos habían venido a la mansión unos días antes, por eso, todavía los recordaba claramente
Cuando Claus recibió la llamada del mayordomo, estaba trabajando en la oficina. Al enterarse de la situación, dejó inmediatamente el trabajo a un lado y se dirigió a la hacienda.Al llegar a la mansión, para evitar encontrarse con los hombres que esperaban en la puerta, entró por la puerta trasera, de modo que esos hombres no supieran que él también estaba allí.Al ver que Claus había llegado y que los hombres habían estado esperando durante ya bastante tiempo, Rosalía llamó al mayordomo para que los hiciera entrar.Al escuchar que ya podían entrar en la casa, esas personas no pudieron evitar relajarse un poco, porque en realidad estaban muy cansados. Sin embargo, todos habían mantenido una buena apariencia y no mostraron signos de cansancio al presentarse ante Rosalía.Al ver a Rosalía, la saludaron inmediatamente, pero no esperaban que Claus también estuviera allí, así que se apresuraron a decir cosas corteses.Rosalía dejó su taza de té y preguntó:—Ustedes son invitados poco comune
Andrés y Andrían supieron de inmediato sobre la visita de sus “compañeros”. Estaban furiosos al descubrir que se habían convertido en sus enemigos.Rosalía y Claus les habían arrebatado varios miembros del grupo que los ayudaban. En realidad, las sucursales que Claus había recuperado el control, eran algunas de sus principales bastiones. En poco tiempo, experimentaron una gran pérdida de poder y ganaron aún más enemigos… Aunque vivían en el extranjero, estos ayudantes trabajaban para la familia Burgos. Ya no tenían a nadie hábil y útil a su lado… Anteriormente, confiaban en que podrían causar problemas a Claus con la ayuda de estos “ayudantes”. Sin embargo, ahora se encontraban sufriendo a causa de esos pendejos…Andrés estaba muy insatisfecho con la situación y se quejó:—¡Estos pendejos son unos completos inútiles!Al principio, contaban con ellos, pero resultaron ser poco confiables después de todo…—Claus realmente tiene talento para atraer la lealtad de otros. De verdad lo subes
—Pero, hermano, necesitamos encontrar una solución —dijo Andrés sin tener otras opciones.Conocía muy bien a su hermano: a menos que cometiera un error por sí mismo, nunca admitiría estar equivocado. Pero, esta vez, no quería asumir toda la responsabilidad, ya había tenido esa experiencia.Andrés atinó con desdén:—Dado que Claus es tan hábil como dicen, le daremos lo que quiera para ver qué trucos ahora se sacara de bajo de la manga. Si no lo hace bien, los accionistas definitivamente no lo perdonarán.Las sucursales que Claus recuperó el poder habían sufrido grandes pérdidas, querían ver cómo Claus las convertiría en rentables negocios.Andrían también tenía la misma idea, por lo que sonrió fríamente mientras decía:—De acuerdo. Si Claus tampoco es capaz de arreglarlo, eso será un espectáculo.Habían dicho la verdad, esas sucursales habían sufrido grandes pérdidas. En realidad, la mayoría del dinero había ido a parar en las cuentas de Andrés y Andrían, ya que esas compañías eran simp
Las sucursales que Claus había recuperado eran aquellas que enfrentaban las mayores pérdidas. Él sabía que no sería una tarea fácil restaurar su funcionamiento. Sin embargo, al tener más poder en sus manos, Andrés y Andrían tendrían menos oportunidades de causar problemas en el futuro.Además de enfrentarse a esos hombres, Claus había dedicado esos días a evaluar las cuentas contables, las operaciones y otras situaciones de esas sucursales. Su escritorio estaba atiborrado de documentos que contenían datos relevantes.Javier también se quedaba a su lado para cuidarlo, sirviéndole agua y clasificando los documentos, para facilitar el trabajo de Claus.Cuando Claus vio la presentación sobre el desempeño de esos empleados, casi se rio de la ira. Estas personas realmente no tenían ningún respeto hacia los miembros de la sede del grupo. Todos estaban aprovechándose del caos sin hacer nada. ¿Realmente creían que los supervisores de la sede eran tan pendejos?Tal vez Andrés y Andrían tampoco e
Debido a su abrumadora carga de trabajo, en esos días Claus solía salir temprano y regresar tarde, ocupado todo el día sin descanso. Estrella ya no tenía la oportunidad de comer con él desde hace varios días, incluso apenas se encontraban en casa.Estrella entendía la situación. Después de todo, los miembros que vivían en el extranjero ahora estaban todos en la Ciudad Norte, por lo que era razonable que Claus tuviera mucho trabajo que hacer. Además, esas personas no eran del tipo tranquilo, lo que lo mantenía aún más ocupado.A veces, Estrella le enviaba mensajes para verificar si había comido a tiempo. Cuando Claus tenía que trabajar hasta tarde, también le enviaba mensajes a Estrella para que no lo esperara.En ocasiones, Claus llegaba a casa hasta altas horas de la noche. Cada vez que Estrella le preguntaba, Claus siempre respondía que había comido a tiempo, pero Estrella no le creía. Lo conocía muy bien y sabía que era una persona que se entregaba completamente a sus ocupaciones o