Yune no tenía hijos y dedicaba todo su tiempo a la empresa y a su familia. Debía mostrar sus sentimientos pase lo que pase. Estrella no fingiría ver lo evidente y no planeaba retractarse de la decisión que ya había tomado. Después de regresar, Estrella habló del cumpleaños de Yune con Claus.

Un destello de sorpresa brilló en los ojos de Claus, que rápidamente volvieron a la calma.

—Bueno, ¿cuál es el plan? —Preguntó Claus.

—Todavía no tengo ni idea —dijo Estrella con impotencia.

Recordó que Yune había ayudado a organizar su cumpleaños y Estrella se había alegrado. Así que esta vez, le tocaba a ella echar una mano a la familia.

—Está bien, aún queda algo de tiempo, tómate tu tiempo para pensarlo con calma.

Claus dejaría que hiciera lo que quisiera. Estrella siempre había sido muy comprensiva, nunca empezaría algo que no quisiera hacer, en realidad, no había necesidad de que él interviniera. Estrella era capaz de pensar en el bien de la familia, lo que demostraba que también se consi