La competencia de matemáticas se acercaba y casi todas las noches Estrella hacía los ejercicios hasta bien entrada la noche. Esta noche, Claus fue al estudio para revisar unos documentos. Cuando regresó a la habitación, se dio cuenta de que la chica ya se había quedado dormida apoyándose en la mesa. Él no pudo evitar preocuparse, Estrella realmente estaba demasiado cansada estos días, de lo contrario, no se habría quedado dormida de esa manera.Quería acostarla en la cama, sin embargo, al tocar su brazo, sintió la diferencia: la temperatura de la piel era anormal. Luego verificó la temperatura de su frente, también estaba muy caliente.Ella tenía fiebre…Él se apresuró a acostarla en la cama y cubrirla con la manta, luego salió de la habitación con mucha prisa. El ama de llaves estaba en la sala de estar y vio que Claus estaba muy preocupado, por lo que le preguntó:—Señor, ¿qué pasa?—Estrella tiene fiebre. Llama al doctor de la familia y pídele que venga lo antes posible —dijo Claus
Al amanecer, la temperatura corporal de Estrella había vuelto a la normalidad. Cuando despertó, ya era de mañana y al abrir los ojos, aún se sentía un poco mareada y cubierta en sudor.Se dio cuenta de que Claus estaba dormido al lado de la cama, y se sintió tranquila. Debió de haber sido Claus quien la cuidó durante toda la noche.Ella palmeaba ligeramente el brazo de Claus y le llamó:—Claus, Claus.El sueño de Claus no era profundo, así que se despertó de inmediato y vio que Estrella estaba despierta. Se apresuró a examinar la frente de Estrella para ver si aún tenía fiebre. Después de comprobarlo, supo que la temperatura había vuelto a la normalidad y finalmente se sintió aliviado. Acariciando el cabello de Estrella, dijo:—No deberías estudiar hasta tan tarde en el futuro.—No esperaba que mi salud se volviera tan frágil… Antes, era tan fuerte como una cabra de monte. Hace mucho tiempo que no he estado enferma —respondió Estrella mientras daba un suspiro.Parecía que realmente hab
Después de descansar dos días en casa, Estrella se había recuperado completamente. Después de todo, ella misma también era médica y sabía qué tipo de medicamento era el más adecuado para la enfermedad.Ese día, Rosalía y Yune vinieron a visitarla. Además, le trajeron muchos tónicos.Al ver a Estrella, Rosalía le hizo una serie de preguntas:—Hija, ¿cómo estás? ¿Por qué te enfermaste? ¿Claus no te cuidó bien?—Abuela, estoy bien. Solo es un resfriado —respondió Estrella. Viendo la expresión preocupada de Rosalía, también le mostró una sonrisa sincera.En el pasado, cuando se enfermaba, no se atrevía a decírselo a su abuela por miedo a preocuparla demasiado, así que solía aguantarlo sola.Ahora, cuando se enfermaba, todos los miembros de la familia la cuidaban mucho y eso la hacía sentirse querida —Ten mucho cuidado con tu salud. Sufrirías mucho si te enfermas, ¿no? —dijo Rosalía tomando la mano de Estrella en la suya con una expresión de preocupación, como si ella fuera la que estuvier
Durante el fin de semana, Rosalía visitó la mansión de Claus, lo que sorprendió a Estrella un poco.—Abuela, ¿qué te trae por aquí?—Estrella, ¿estás libre? Ya es fin de semana, salgamos juntas a pasear —dijo Rosalía.Dado que la pequeña Estrella pasaba la mayor parte del tiempo en casa, pensó que tenía pocas amistades, la observó con mucha consideración. —Estoy libre, abuela, espérame mientras me cambio de ropa.Estrella no había ido de compras con los mayores. Pero compartir con Rosalía debía ser divertido. Ya se sabía casi todas las preguntas de la Olimpiada Internacional de Matemática, así que no estaba demasiado nerviosa. Después de cambiarse de ropa, siguió a Rosalía al centro comercial. Las dos estaban sentadas en el asiento trasero charlando íntimamente y el tiempo pasó muy rápidamente. Pronto llegaron a su destino. Luego de bajarse del coche, Estrella encontró a Yune esperando allí también.—Tía —saludó Estrella amablemente.—Estrella, mamá, por fin han llegado, vamos, entr
¿Cómo llegaron a estar juntos Caín y Luna? Estrella no hizo ruido, se excusó para ir al baño y los siguió. Se dio cuenta de que, efectivamente, eran ellos. Caín llevó a Luna de compras y le compró un montón de ropa de diseñador; llevaba muchas bolsas en la mano. Luna sostuvo cariñosamente el brazo de Caín. Cuando pasaron por delante de una tienda de brazaletes, Luna habló con voz empalagosa.—Caín, mira, ¿no crees que ese brazalete es hermoso?Caín levantó los ojos y echó un vistazo a la pulsera de la tienda. —Ah, se ve bien, ¿la quieres amor? Al oír esta forma de dirigirse, Luna fingió ser muy tímida. Se sonrojó y actuó como una niña mimada.—No es que lo quisiera para mí, pensé en regalarle un brazalete a mi madre, a ella le encantaría.—Amor, eres demasiado considerada. Vamos a entrar a echar un vistazo —la cara de Caín era cariñosa y amable, pero el fondo de sus ojos era frío como el hielo.Luna no se dio cuenta de sus verdaderas intenciones, simplemente jaló de Caín hacia el in
Al verlos juntos, el sexto sentido de Estrella le decía que no era nada bueno. Frunció el ceño y regresó al café para que los demás no se enteraran. Claus ya había llegado, primero llevaron a Rosalía y Yune a casa, las acompañaron a cenar en la vieja mansión. Durante ese tiempo, Rosalía no paró de ofrecer platos a Estrella. —Estrella, mírate nada más, que delgada estás, tienes que alimentarte mejor.Estrella sabía que eran genuinamente buenos con ella, no podía negarse, terminó comiendo todo lo que le sirvieron. Yune por su parte, estaba hablando con Claus.—Esos vestidos que elegí para Estrella, asegúrate de que se los ponga, una mujer tiene que parecer una mujer, no dejes que lleve el uniforme del colegio todo el día, ¿entendido?—A ver si quiere —en lugar de estar de acuerdo con ella, Claus favoreció la opinión de Estrella. —Tch, mírate, cuando tienes una esposa te olvidas de los demás —se burló Yune. Este sobrino suyo, solía ser un tipo de proceder frío y metódico que no se pr
En la familia Sánchez. Luna obtuvo una gran compra: llevaba consigo su bolsa de regalos con evidente alegría en su rostro. Estaba de muy buen humor. Entró a la sala. Su expresión de felicidad no pasó desapercibida, lo que llevó a Zared a preguntar: —¿De dónde sacaste todas esas cosas?La situación económica de la familia Sánchez empeoraba cada vez más, con menos recursos para sostener todos los lujos que Luna se compraba. Estas cosas habrían costado al menos un millón. Le preocupaba que Luna se estuviera metiendo en cosas turbias. —¡Por supuesto que fue Caín quien me lo dio! —Alardeó Luna levantando la barbilla con orgullo. Hada la halagó de inmediato:—Nuestra pequeña Luna es increíble, digna de ser mi hija, es fácil caer en gracia cuando eres guapa.—¿De verdad le gustas a Caín? Como Zared era un poco más sensato, preguntó con suspicacia. Después de todo, la familia Burgos verdaderamente adinerada y poderosa. Al oír la voz de su propio padre llena de dudas, Luna sintió un desc
Luna estaba muy orgullosa. Escuchaba las conversaciones de sus padres y su vanidad subía a otro nivel. Pensaba que eventualmente podría superar a Estrella en todo. En cuanto a ese tal Claus, ya había escuchado todo cuando hablaba con Caín: era un hombre enfermizo. Fuerte en apariencia pero débil en el fondo. Su salud era tan frágil que podía morir en cualquier momento. Para ese entonces, la familia Burgos ya habría elegido a un nuevo sucesor. Cuando Claus muriera, el respaldo de Estrella se irá con él. Luna podía intimidar a Estrella todo lo que quisiera, y absolutamente nadie se atrevería a interferir. Luna no podía evitar que se le levantaran las comisuras de los labios al imaginarse a sí misma en esta maravillosa escena. Por eso le convenía aferrarse a Caín y no soltarlo. Luna vio la bolsa de regalo a su lado. La tomó y se la entregó a Hada.—Mamá, esto te lo ha comprado Caín.Hada recibió el regalo. Se sintió un poco sorprendida y gratamente encantada.—¿Cómo es que Caín me comp