En realidad, a Estrella no se le ocurrió ninguna otra explicación, lo principal era que le hacía sentir bien el hacerlo y ya. No podía entender el por qué estaba dispuesta a complacer a Claus de la manera en que lo hizo.

Por lo general, Estrella hacía las cosas sin pensar demasiado en ello, tampoco le buscaba un significado profundo a las cosas, solo seguía la corriente. Siempre había hecho lo que le apetecía con tal de divertirse, y en cuanto al resto, nunca le dio importancia.

Los dos pasaron por delante de un cine. Estrella tiró de Claus, quien se detuvo y la miró con extrañeza.

—Claus, ¿has estado alguna vez en un sitio así? —Señaló el cine de al lado y preguntó.

Claus echó un vistazo y luego sacudió la cabeza. Estrella lo pensó y le pareció normal, después de todo, Claus era el primogénito de una gran familia, había sido criado como heredero desde que era un niño, además estaban el segundo y el tercer tío abuelos vigilando todo el tiempo, así que seguramente no le fue nada fáci