Al atardecer, después de las clases, Estrella recogió sus cosas.

Aún no había salido de la escuela cuando decidió entrar en la tienda del campus y comprar un té con leche. Se encontró con la misma chica que solía trabajar en la tienda.

Cuando vio a Estrella, la chica se llenó de alegría.

—Hace un tiempo que no vienes, ¿cómo has estado últimamente?

Estrella no esperaba que la chica la recordara. Al escuchar sus palabras entusiastas, Estrella respondió perpleja:

—Bien.

—No sabes, lo que pasó en las redes sociales fue tan impactante… Se volvió viral y todos te malinterpretaron. Incluso me encargué de explicarlo —dijo la chica en voz alta, emocionada.

—Gracias, pero no es necesario la próxima vez. La verdad se revela por sí sola —respondió Estrella con indiferencia.

A ella no le importaban esas cosas. Los comentarios no podían afectarla.

—Por eso estabas tan tranquila antes. Resulta que no fuiste tú quien hizo eso. Quiero disculparme contigo —dijo la chica, sintiéndose más y más culpable