Y eso no era todo.Gairin Lloyd, el mundialmente famoso presidente europeo, compró una estrella para una persona misteriosa, cuyo nombre era desconocido para el público, debido a que iba a cumplir años. Le puso su nombre y utilizó un dron para escribir en el aire "feliz cumpleaños". Sánchez Qadim, un magnate de alcance internacional, gastó una enorme cantidad de dinero en comprar acciones en nombre de alguien más. Además, ganó cien millones en una sola noche y lo ingresó todo en la cuenta de la otra persona. Un famoso comerciante de diamantes sudafricano desenterró hace algún tiempo un diamante rosa invaluable y declaró que quería regalárselo a su persona favorita por su cumpleaños. Fisher Maxim, violinista de renombre mundial, compró un violín de diez millones de dólares para regalárselo a su chica favorita. Una famosa organización de investigación científica en colaboración chino-estadounidense también desarrolló un proyecto en nombre de esa persona. Se había programado para hoy,
En Internet había muchas noticias de diferentes canales y ámbitos, pero todas llegaban a ser tendencia nacional e internacional. Estrella las estaba siguiendo a todas ellas. Hizo clic y todos estaban mencionados en hashtags de tendencia que resultaban especialmente llamativos. No pudo evitar reírse cuando vio estas noticias… Estos tipos hacían lo que les daba la gana porque tenían dinero.“Toc, toc". En ese momento llamaron a la puerta. Estrella no quiso que nadie viera las noticias. Como le bastaba con haberlo leído una vez para tenerlo en la cabeza, deslizó el contenido hacia arriba e inmediatamente borró la página que estaba abriendo. Solo entonces habló.—Adelante.En ese momento, una criada asomó la cabeza por la puerta. Echó un vistazo a su alrededor antes de fijar finalmente sus ojos en Estrella. Tragó saliva y no se atrevió a hablar.Como todo el mundo sabía, la anciana de la familia Burgos se preocupaba mucho por Estrella. La criada había oído que no era fácil llevarse bien c
”Clic”.Estrella acababa de mandar el mensaje cuando la puerta se abrió de un empujón. Se dio la vuelta y vio a Claus entrando. Llevaba su habitual traje negro, pero hoy tenía un estampado rosas más oscuro en él, lo que le daba un aspecto muy distinguido y elegante. Estrella apartó el teléfono y lo miró cruzando los brazos.—¿Qué pasa?—¿Qué miras con esa sonrisa tan grande? —Claus miró hacia su teléfono. —Nada —Estrella se encogió de hombros—. Mis amigos me han hecho un regalo de cumpleaños y se lo estoy agradeciendo.No era de extrañar que casi todos los años le hicieran regalos de cumpleaños. Y como todos sabían que cumplía la mayoría de edad, este año habían hecho las cosas a lo grande. Fue una suerte que el grupo supiera que su identidad aún no podía ser conocida por los demás y no la expusieran. De lo contrario, habría tenido que volver a llamar a la gente y golpearlos uno por uno. —Tus… ¿amigos? —preguntó con suspicacia. Por lo que él sabía, Estrella casi siempre había sido
Claus condujo a Estrella a la sala de estar privada antes de dirigirse al salón principal para reunirse con los invitados. Las personas que estaban en la sala de estar eran socios que mantenían relaciones amistosas con la familia Burgos, así como algunas ramas de la misma.En medio de la sala, había un anciano vestido con un traje tradicional. La gente le llamaba señor Chávez. La familia Chávez y la familia Burgos eran cercanas desde hace generaciones. Cuando el Gran Maestro Burgos aún vivía, el señor Chávez y él eran como hermanos, tan cercanos que incluso se podría decir que crecieron en la misma familia. El Señor Chávez estaba charlando con Rosalía. Observó los alrededores. Esos adornos que decoraban la sala no podían colocarse sin tomarse un tiempo. Estaba muy curioso así que preguntó:—¿Tanto te gusta esa chica?—Por supuesto, Si la conocieras, también te agradaría —había un atisbo de orgullo en los ojos de Rosalía. En este mundo era raro encontrar una niña tan amable y obedie
En la sala principal. La antigua residencia de la familia Burgos era enorme. Todos los invitados eran grandes hombres de negocios, jóvenes talentos en ascenso dentro del mundo de las finanzas, entre otros empresarios importantes. Claro que también había otros que habían hecho lo imposible por obtener una invitación, todo con tal de venir a ampliar su red de contactos y ver cómo funcionaba el mundo.Cuando Claus y Estrella bajaron las escaleras, fueron el centro de atención. Claus cubría sus ojos con una máscara plateada adornada con intrincados diseños clásicos. La máscara le confería un aire de misterio, pero incluso con ella no podía ocultar su irresistible aura y su gran elegancia. En la Ciudad del Norte poca gente había tenido la oportunidad de ver el verdadero rostro de Claus, aparte de las personas cercanas y los altos directivos de la Familia Burgos. En ese momento, la aparición de la joven pareja, tomada de la mano, generó una ola de habladurías. La gente chismosa se reunió
Al verlos tomados del brazo, Rosalía se sintió muy satisfecha. Sonrió y saludó a Estrella.—Ven con la abuela, mi niña. Estrella se levantó el dobladillo de la falda y se acercó a ella.—Abuela —la llamó con voz suave.Sabía que Rosalía había preparado todo esto para ella. La habían tratado bien y eso era algo que recordaría el resto de su vida.—Ven, acompaña a tu abuela y habla frente a todos. Rosalía tomó a Estrella de la mano y la condujo hacia el escenario. Los focos se centraron en ellas. Estrella ya era hermosa, pero con la bruma de luz que se proyectaba sobre ella parecía un ser etéreo que había bajado a la tierra. Todos contuvieron la respiración al verla.Estrella pronunció unas breves palabras para agradecerles por acompañarla en su fiesta de cumpleaños. Luego mencionó que estaba gratamente sorprendida por los excesivos mimos que había recibido de Rosalía y que en el futuro se lo retribuiría a la familia Burgos. Todo esto no eran más que palabras bonitas, pero contenían un
Al terminar su discurso, varias personas se acercaron a felicitarla con regalos.—Feliz cumpleaños, jovencita. He oído que sigues estudiando, ¿no es así? De ser así te deseo mucho éxito y un buen futuro académico. La primera persona que se acercó fue muy atenta y le dijo algo muy bonito. Estrella no sabía si aceptar los regalos o no. Al fin y al cabo, los había recibido gracias a la familia Burgos.Al verla dudar, Rosalía se acercó y tocó el brazo de Estrella.—Acéptalo, son las buenas intenciones de nuestros amigos. No pasa nada. Estrella no tuvo más remedio que aceptar el regalo. La gente decía todo tipo de cosas para elogiarla. Desde desear que fuera cada vez más guapa hasta desearle buena suerte para entrar a la universidad de su preferencia. Algunos incluso deseaban que Claus y ella tuvieran una relación duradera y su primer bebé naciera pronto y sano. Estrella se quedó sin palabras.Sin embargo, vio que Rosalía estaba bastante contenta. Por eso, aunque Estrella abrió la boca,
Cuando una persona traía un regalo, Estrella le echaba un vistazo. Tenía buen ojo y había visto cosas muy bonitas. Estos regalos tenían un gran valor, y entre ellos, Estrella vio que alguien le había regalado bordados y un juego de tetera de arcilla púrpura.¿Cómo es posible que a una joven como ella le gustaran estas cosas? Las personas sabrían que no era posible que quisiera tantos regalos, por lo que habían elegido algunos para obsequiar a la gente de la familia Burgos. De esta manera, indirectamente agradaban a Rosalía y también le daban regalos de cumpleaños a Estrella. Mataban dos pájaros de un tiro.Estrella se sentía un poco incómoda. Simplemente quería disfrutar de su cumpleaños sin complicaciones. No quería que su celebración se convirtiera en un evento comercial. Aunque Rosalía tenía buenas intenciones, Estrella aún no se acostumbraba a este tipo de eventos. Por eso se sentía incómoda. En Inframundo, todos eran directos. ¿Desde cuándo había tanta formalidad? Era como seguir